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Jorobar a la UAQ… “Ningún jorobado ve su joroba”

Por Staff Códice Informativo - 10/04/2013

Lo que sucede cuando no es posible superar el fracaso de perder una contienda por la Rectoría

 Jorobar a la UAQ… “Ningún jorobado ve su joroba”

Un sueldo como asesor de la UAQ que oscila entre los treinta y dos mil y los cincuenta y cinco mil pesos; una plaza como profesora de tiempo completo para tu hija y otra plaza para ti, son sin duda beneficios exclusivos que no cualquiera puede tener.

Que pocos o casi nadie sepa lo que hace un asesor de la UAQ por cobrar un emolumento mayor incluso a lo que ganan algunos catedráticos con doctorado y encima armar una rueda de prensa para denunciar maltratos laborales es por demás ocioso e indignante.

No superar el fracaso de perder una contienda por la Rectoría, teniendo incluso la opción de jubilarse, y seguir insistiendo en alborotar a la comunidad universitaria haciéndose la victima, es sin duda obcecado, maniaco y absurdo.

Aprovechar la ola sobre un patético papel desempeñado por el comisionado de derechos humanos estatal, para tratar de buscar de nueva cuenta la candidatura a Rector y posicionarse mediante ataques a la Universidad es a todas luces incongruente, ilógico e irracional.

Querer vivir a toda costa del presupuesto universitario, por encima de los intereses de toda la comunidad universitaria, criticando los programas de austeridad implantados por el rector Gilberto Herrera, es aferrarse a un pasado de confort que ya no es posible.

Tratar de seguir acaparando canonjías, monopolizando decisiones, exprimiendo, ordeñando, agotando los recursos de la máxima casa de estudios en la entidad, es ir contra el desarrollo educativo y contra la propia sociedad queretana.

Aún así pese a esto hay un personaje que no le ha dado la vuelta a la pagina, que insiste, que persevera, que mantiene la esperanza de hacerse del control total de la UAQ como si fuera un botín.

Ojala que la opinión pública, que la comunidad universitaria, que el gobierno, que Querétaro se de cuenta que el futuro de nuestra sociedad se siembra en la Universidad y que no puede depender de berrinches, ataques y porfías de un frustrado aspirante a Rector. Dios no cumple antojos ni endereza jorobados.


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