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Inauguración del AIFA, oportunidad perdida para la oposición

Por Staff Códice Informativo - 23/03/2022

Enfocando su crítica en las tlayudas, un sector importante de la oposición desperdició una oportunidad para mermar el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y cuestionar los verdaderos problemas en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA)

 Inauguración del AIFA, oportunidad perdida para la oposición

Foto: Especial

La reciente inauguración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) no deja tranquilos a los mexicanos. En todo el país, pululan las opiniones encontradas sobre este tema, que desde que inició el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, se ha convertido en una de las mayores fuentes de polarización en el país. Por un lado, tenemos a quienes sostienen que el aeropuerto es un desacierto absoluto; desde su presunta falta de planificación, pasando por su arquitectura austera, hasta el hecho de que se permitiera la venta de garnachas y artesanías en el mismo, son muchas las cosas que la oposición ha encontrado cuestionables en esta obra magna del gobierno federal.

Por otro lado, tenemos a los defensores incansables del régimen, para quienes la austeridad arquitectónica se compensa con la rapidez con la que se concluyó la obra, mientras las garnachas y los changarritos ambulantes constituyen una muestra de la inclusión promovida por el gobierno mexicano. Desde este punto de vista, quien sale ganando es el propio gobierno, pues vende su obra tal como la describió López Obrador desde su campaña: un proyecto para “el pueblo” y “los pobres”.

Entre todos los argumentos lanzados por la oposición para criticar el aeropuerto, sorprende que no haya apelado casi a los problemas estructurales que éste supone, o a su impacto en el medio ambiente, tema que sí se ha recuperado para articular el discurso contra el denominado “Tren maya” o la Refinería de Dos Bocas, las otras obras insignia del gobierno actual. De hecho, que las principales críticas, sobre todo en redes sociales, se articularan en torno al toque “populachón” del recinto sirvieron solo para hacerle el caldo gordo a López Obrador. Tras la indignación de quienes desearían ver un aeropuerto elegante y con potencial para impresionar a los visitantes extranjeros, especialmente a los de alto poder adquisitivo, los heraldos del régimen ven mero clasismo y racismo, así como autodesprecio por el modo de ser mexicano; lo que en otros momentos se conoció como “malinchismo“.

Independientemente de que las críticas en este sentido estén alimentadas o no por las perspectivas que les achacan los obradoristas, quienes las esgrimen caen una vez más en el error que ha caracterizado reiteradamente a los principales grupos opositores en lo que va del sexenio: Demostrar que no entienden la razón por la cual Morena se llevó la presidencia en 2018.

Al enfocarse en las tlayudas, como lo dejaron ver los memes sobre la inauguración, o en el aspecto “tianguístico” del aeropuerto, dejaron entrever que se aferran a una perspectiva que el gobierno federal no ha dejado de satanizar, con la venia de un importante sector de la población. En resumen, para el grueso de los votantes mexicanos, poco importa si el aeropuerto es de “clase mundial”. Lo que interesa a estas personas es 1. Que se inauguró y 2. Que aunque no vayan a hacer uso de él, forman parte del proyecto, por lo cual el aeropuerto es, en cierto sentido, suyo.

Algún opinador de Internet incluso sugirió que era un error convertir al pueblo en protagonista de esta obra, dado que el “pueblo” nunca le iba a dar uso y al final, no todas las obras deben estar enfocadas en los sectores populares. Una vez más, esta opinión deja ver una absoluta falta de comprensión sobre lo que ocurre en México y el mundo en estos momentos. Llama populista a López y decir que es un peligro quedaba bien en 2006. Lamentablemente para sus más acendrados críticos, la vara que le pusieron luego de demonizarlo quedó muy bajita y aún con el desastre de la pandemia o con la inflación rampante, así como sus iniciativas para golpear a la clase media, su aprobación no baja de 45%.

Además, esto deja fuera temas verdaderamente importantes, como el dinero perdido en la cancelación del proyecto anterior en Texcoco y el costo que esto supuso para el erario por el presupuesto añadido a la obra en Santa Lucía

Hoy, en vísperas de la revocación de mandato que tanta polémica ha desencadenado, AMLO inaugura el aeropuerto y se suma puntos, si la decisión fue buena o no, es algo que ya no puede saberse porque el debate se fue por otro lado y la oposición misma no logra ponerse de acuerdo sobre lo que habría que hacer para refrenarlo. El líder de FRENA, Gerardo Lozano, piensa por ejemplo que hay que votar en la revocación de mandato contra AMLO, mientras que otros líderes opositores consideran que votar, así sea en su contra, sería caer en su juego y abonar a que se pisoteé el Instituto Nacional Electoral, baluarte de la democracia en el país.

Hay algunas figuras de oposición y en los sectores empresariales que sí parecen entender lo que pasa. Un ejemplo lo puso el gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri González, quien reconoció que seguir con el juego de demonizar el nuevo aeropuerto es una batalla perdida. Quien aspire a llegar a la presidencia en 2024, deberá hacerlo partiendo de la premisa de que si AMLO llegó al poder es porque algo estaba podrido desde antes, solo quien reconozca eso, podrá convencer a la gran masa de mexicanos de que constituye una opción viable para la alternancia. En resumen, insistir que AMLO es malo, un “machuchón” como diría él mismo en las mañaneras, y que sus obras y proyectos son totalmente inútil es ponerse precisamente a su nivel, a la par que ratificar su discurso.

Lo que debe hacer la oposición es convencer a la población mexicana de que las cosas pueden hacerse mejor, pero para eso, habría que hacer mucho más que criticar unas tlayudas.


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