Diputados que “nadan de muertito”

Ser diputado es uno de los mejores cargos que un político puede tener. Asegura dos cosas fundamentales: por una parte, la supervivencia económica; y es que entre dietas y prerrogativas un legislador gana mensualmente una cantidad de dinero nada despreciable. En segundo término, ofrece una importante vitrina política; desde ese cargo se puede ser “alguien” en la vida pública y aspirar a una mejor posición política cuando acabe el periodo.

En Querétaro, existen algunos diputados que aprovechan a cabalidad ambos beneficios. Otros, lamentablemente para la ciudadanía, “nadan de muertito”. Una considerable cantidad de estos personajes no hacen más que amasar los más de 2 millones de pesos por tres años de “trabajo” –esto sin contar lo que logren embolsarse de las apreciadas prerrogativas, ahora llamadas presupuesto para el trabajo legislativo-.

El legislador “flotador” por excelencia en la LVII Legislatura no es otro que Gerardo Ríos Ríos. El representante del Partido de la Revolución Democrática (PRD) es uno más de una vergonzosa lista de representantes populares provenientes del partido del sol azteca que no hacen más que calentar la silla. La Comisión a su cargo, Transparencia y Rendición de Cuentas, apenas fue instalada al principio de la actual Legislatura y nada más. Esto explicaría perfectamente por qué en dicha materia el Poder Legislativo queretano tienen tan malas calificaciones, y es que comparando con la Cámara Baja a nivel federal, la información que ofrece Querétaro en su página de internet es ínfima.

Gerardo Ríos, de acuerdo con la escasa información que se da a conocer en la página web de la Legislatura, apenas ha asistido a seis sesiones de comisión en un año de actividades, algo así como media sesión mensual. El perredista tiene un trato nulo con los medios de comunicación y rara vez participa de las discusiones o debates legislativos, salvo para leer algún guión nacional de su partido en asuntos generales.

Otro poco activo es Juan Alvarado Navarrete. El representante de Nueva Alianza, famoso por haber mentido en su currículum académico, tampoco es una lumbrera a la hora de cumplir como representante popular. Su comisión, la de Desarrollo Económico y Turístico, es una de las más importantes en el Poder Legislativo, pero apenas ha sesionado un puñado de veces, incluyendo una desde Bernal, en la que resolvieron una reforma a la Ley de Turismo del Estado que encargó el propio Poder Ejecutivo.

Alvarado Navarrete es el legislador con más justificantes presentados para no asistir a sesiones de pleno, con tres en 30 sesiones. Por increíble que parezca, el diputado es coordinador de la fracción parlamentaria de Nueva Alianza, y destaca por su enorme falta de elocuencia a la hora de tomar la palabra en público. En su experiencia como presidente de la Junta de Concertación Política todavía se recuerda su yerro en el tema de la ratificación del magistrado Eugenio Castellanos Malo, cuando envió un oficio al juez de distrito asegurando que no se le había dado derecho de audiencia a pesar de que él mismo, ante los medios de comunicación, esperó al magistrado de manera infructuosa. Incluso llegó a acusar a Braulio Guerra de falsear documentos en un boletín de prensa, el único que habla de Alvarado Navarrete registrado en un año de actividades legislativas.

En la LVII Legislatura existe un diputado que se llama Martín Vega Vega, cuya fantasmal presencia apenas ha dejado rastro en los pasillos del Congreso del estado. El priista preside la Comisión del Trabajo y Previsión Social, la cual le ayuda a mejorar sus estadísticas. Y es que dicha comisión resuelve pensiones laborales para los trabajadores del estado, y cada caso es una iniciativa, por lo hay que dejarse engañar por los buenos números del legislador; todo lo que ha pasado por sus manos puede considerarse “paja legislativa”.

El representante del distrito XIV fue alcalde de Ezequiel Montes, pero esa experiencia política no se refleja en su cargo donde se limita a realizar apariciones públicas solo flanqueando a su fracción parlamentaria y en ofrecer una que otra entrevista a medios de comunicación, pero sin otorgar información valiosa. Martín Vega es el único integrante de la LVII Legislatura que no tiene ningún boletín de prensa informando alguna actividad en el año que tiene en el cargo.