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Crónica de una derrota anunciada

Por Staff Códice Informativo - 16/04/2012

Armando Rivera es el candidato del PAN a la Alcaldía capitalina

 Crónica de una derrota anunciada

Ahora que Armando Rivera es el candidato de Acción Nacional en el municipio de Querétaro, vale la pena hacer un sesudo análisis al respecto.

Por principio de cuentas no debemos olvidarnos que tras la derrota del 2009 se percibía a un PAN desmoronado y sin migajón.

Por una parte veíamos al grupo de los “duros” refugiándose en el Centro Cívico bajo el consentimiento, obligado o no del entonces alcalde Pancho Domínguez.

Algunos “Neos” se reincorporaban desanimados a la vida empresarial o se refugiaban en Agroasemex bajo el auspicio del Ingeniero Ignacio Loyola.

Otros “Neos“, principalmente los hijos políticos de Rivera Castillejos, se colocaban en el Congreso local para tratar de hacer contrapeso a sus propios compañeros de partido.

Los “Garridistas” o, mejor dicho, lo que quedó de ellos, se hacían con el comité estatal y con algunas diputaciones locales.

En fin, Acción Nacional era un partido diametralmente opuesto a aquel PAN inflado con la levadura más cara que pudo conseguirse en el 2006.

A eso había que agregar agravios sufridos por las partes en la contienda interna del 2009, acuerdos no cumplidos entre grupos, desconfianza, traición y desolación.

Al ya no contar con la cobija del Gobierno Estatal, los panistas andaban que no los calentaba ni el sol.

Pero enfoquémonos en los personajes centrales de esta historia: Armando Rivera y Guillermo Tamborrel.

Armando Rivera se enfocó en la vida empresarial, emprendiendo restaurantes por aquí y por allá, supervisando sus negocios inmobiliarios y de publicidad, así como a ver crecer la alfalfa. Eso sí, sin descuidar ni por un instante la parcela de militantes blanquiazules y el trabajo de sus hijos políticos en el Congreso local. De que trabajó, trabajó.

Por su parte Guillermo Tamborrel tenía tendida una red protectora por otros tres años, al ser Senador de la República con vencimiento en 2012. Por lo que la acción política y electoral en su estado no eran una prioridad.

Así como Memo descansó en su “zona de confort senatorial”, los “duros” se durmieron también en sus laureles, tratando de estabilizar el barco medio hundido llamado Centro Cívico de Querétaro que había encallado el “Garridista” Manuel González Valle.

Mientras, Armando Rivera no perdía el enfoque de volver por sus fueros a la senda de la vida pública. Ocupándose de sus huestes, vendiendo futuro a sus seguidores e insertando piezas clave en algunas posiciones de la administración pública.

Fue así que cuando los duros voltearon, la senda rumbo a la Presidencia Municipal ya la llevaba muy avanzada Rivera Castillejos.

¿Y ahora quién podrá ayudarnos? Seguramente pensaron los duros, sin poder invocar al chapulín colorado por obvias razones.

Hicieron inventario, pasaron revista y se dieron cuenta de que ¡Oh my god! ¡No tenían un perfil que le hiciera sombra a Armando!

Le pidieron entonces a Luis Bernardo Nava, secretario de gobierno municipal, que saliera a expresar su inquietud por contender, que diera señales de que estaban vivos, que Rivera no se iba a ir por la de cuota sin pagar en la caseta.

Así tras una larga deliberación llegaron a la conclusión de que San Guillermo Tamborrel era el indicado para contrarrestar la ventaja “armandista”.

Solo era cuestión de hablarle al oído, de persuadirlo, de conquistarlo. La verdad es que el Senador no era alguien identificado con el grupo “duro” pero era su tabla salvadora.

Tras una meteórica carrera como diputado local, diputado federal y senador, todas por el principio de mayoría relativa y sin un grupo panista con el cual pudiera identificarse, Tamborrel era la mejor opción.

Si ganaba o perdía no era tan importante, lo realmente urgente era tener armas de negociación con Armando, advertirle que no era tan fácil descobijarlos.

Y así sucedió, Tamborrel mordió el anzuelo, se lanzó al ruedo con el mayor optimismo y efectivamente remontó e hizo ruido, seguramente puso nervioso a Armando y muy gustosos a los del tricolor.

Pero la lógica de la política no es entendible, ganó Armando Rivera y ahora está en la imaginaria en un duelo de titanes contra Roberto Loyola, seguramente hará calor este verano.

Por cierto ¿sabe usted al amparo de quien inicio Armando Rivera su vida pública? Pues de Ignacio Loyola Vera, ¡Sí! El hermano del candidato tricolor y hoy rival político de Armando. Es a Él a quien le debe su debut como servidor público y en parte su trayectoria política, por eso le digo que la lógica de la política no es entendible.


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