Balazos en Peña Colorada

Este martes, entre los ejidatarios que se identifican como legítimos dueños de Peña Colorada, se encendió un foco amarillo cuando uno de los presentes adelantó que, ante lo que consideran un “despojo” de sus tierras, podrían llegar al uso de las armas para defender sus derechos.

En la voz de los ejidatarios se pudo escuchar la frustración de perder lo que consideran suyo, y la advertencia de “balazos” no debería ser tomada a la ligera por ninguno de los tres órdenes de gobierno, sobre todo, cuando el decreto de Peña Colorada como Área Natural Protegida está próximo a concretarse.

Ya en la historia reciente de nuestro estado se han presentado hechos de violencia en situaciones similares, baste recordar el predio ubicado en la zona de San Pablo, a un costado de 5 de Febrero, el cual era empleado por vecinos y visitantes como un campo de beisbol desde el año de 1962.

El 24 de septiembre del 2003, policías y colonos se enfrentaron a golpes dejando como saldo una persona muerta y varias decenas de heridos; los vecinos bajaron con piedras y planos para defender, en sus palabras, lo que consideraban suyo, e incluso bloquearon parte de 5 de Febrero para externar su rechazo a que se destinara este predio para otro propósito.

Al lugar se dieron cita las fuerzas policiales y el desenlace ya lo conocemos. Luego de los enfrentamientos, y tras varias negociaciones, en el lugar se terminó construyendo una unidad deportiva que, hasta la fecha, sirve como lugar de esparcimiento para la ciudadanía.

Lo anterior debería ser tomado en consideración y no dejar que un amague como el que se escuchó este martes en el Restaurante 1810 se quede en el aire, pues un arranque de ira, podría desencadenar una tragedia, tragedia que tal vez se pueda evitar con el diálogo adecuado. Al tiempo.