AMLO, desesperado protagonista de la Cumbre

Finalizó la Cumbre de Líderes del Norte en el que nuestro país fue sede y nuestro presidente, Andrés Manuel López Obrador, fue el más atento anfitrión junto con su esposa, Beatriz Gutierrez Müller; entre ambos recibieron al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, así como a las respectivas esposas de los mandatarios.

Como anfitriones Andrés y Beatriz buscaron mostrar a los visitantes las maravillas que alberga la ciudad de México como la Basílica de Guadalupe y las curiosidades que alberga palacio nacional, claro, lo que cualquier presidente habría hecho de haber recibido a tan importantes presencias internacionales.

Sin embargo más que muestras de hospitalidad pareciera que tanto el presidente mexicano, como su esposa, estuvieron desesperadamente buscando la aprobación de sus huéspedes así como posicionarse como los verdaderos protagonistas de la tan esperada Cumbre.

Esto lo pudimos comprobar con la grosería que el mandatario de México reflejó el día de ayer durante una rueda de prensa que se suponía sería para los tres líderes, pues con la primera pregunta que se lanzó el presidente mexicano no dudó en comenzar uno de sus conocidos monólogos que duró alrededor de 27 minutos, en los que tanto Trudeau como Biden lo único que pudieron hacer fue mirar sus zapatos y mantenerse de pie en lo que su homólogo terminaba con su discurso.

Además de acaparar la respuesta hacia los medios, tuvo la osadía de terminar la conferencia sin siquiera permitir unas palabras a sus acompañantes, sin embargo no contaba con los pantalones de Biden, quien aclaró que tenía toda la intención de responder preguntas; “Quiero que quede registro: no sé qué preguntas hicieron que no respondí. Estoy preparado para hacerlo después”.

Cabe mencionar que la pregunta con la que el presidente se apresuró a contestar era referente al recién capturado Ovidio Guzmán, además que contradijo una supuesta información de la Casa Blanca que señalaba la construcción de un centro migratorio al sur de Mexico.

Por si fuera poco durante uno de los recorridos por Palacio Nacional el orgulloso inquilino, presumió a sus visitas un elevador del porfiriato en el que hizo entrar a todos más para la foto que por necesidad, pues por si fuera poco nuestro presidente no habla ingles, por lo que todas las conversaciones tienen que estar asistidas por un traductor o en su defecto el mismísimo canciller Marcelo Ebrard.

Hasta ahora no se ha hablado mucho sobre los temas de importancia por los que se supone que los mandatarios están de visita, pero eso sí, las fotos de los ya llamados “Three amigos” pasarán a la historia.