Pobreza laboral, un reto constante

Uno de los principales fallos del sistema económico actual se ve reflejado en la existencia de un fenómeno conocido como pobreza laboral, situación que se presenta cuando una persona, aun contando con un trabajo, no obtiene los suficientes recursos para proveer a los suyos de la canasta alimentaria.

Es, pues, una de las mayores contradicciones, pues atenta contra la creencia de que ser productivo dentro de la economía debería garantizar los medios necesarios, ya no digamos para satisfacer las necesidades alimentarias, sino de todas aquellas actividades esenciales para el desarrollo de las personas: esparcimiento, educación, vestido, vivienda, entre otras.

En México, la pobreza laboral se ha convertido en un lastre de manera histórica, sin embargo, las condiciones no son homogéneas en la república y cada entidad enfrenta escenarios distintos. En el caso de Querétaro, luego de alcanzar su pico más alto en el tercer trimestre (3T) del 2017 con el 43.7 % de su población en pobreza laboral, este indicador ha ido a la baja.

El primer trimestre de este 2023, la entidad registró un 35.9 % de su población con este tipo de pobreza, 1.1 % menor respecto al mismo periodo de 2022, y 3.2 % menor respecto al último trimestre del 2022.

Sin embargo, lejos están los números del 2006 y 2007, años en los que la pobreza laboral alcanzó cifras mínimas del 28 %, el último trimestre con esta cifra fue el segundo de 2008; a partir de esa fecha, los números nunca volvieron a dichos niveles.

Es obvio que la entidad ha sufrido de condiciones socioeconómicas que han puesto mayor presión para este indicador. La migración de otras entidades y el crecimiento económico han encarecido el nivel de vida en la entidad, lo que ha provocado que, aunque se tenga uno de los sueldos promedio más altos en el país, en muchas ocasiones los ciudadanos no alcancen a satisfacer todas sus necesidades.

Sea como sea, existe la obligación de impulsar políticas públicas para atender una realidad que vuelve más complicada la vida para casi cuatro de cada 10 queretanos, que aun formando parte de las cadenas de producción y consumo, no alcanzan a cubrir lo necesario para alimentarse.

A final de cuentas, estos aspectos son los que van minando los tejidos sociales al impedir el libre desarrollo de las infancias, y por ende la consolidación de sociedades más sanas. Pero el trabajo no solo requiere de la intervención de las autoridades, sino también de los sectores empresariales, a fin de crear un equilibrio que permita contrarrestar este indicador y pueda llegar a niveles óptimos en los próximos años.