EUA impulsa el rescate financiero para después de COVID-19; México se queda corto

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Las víctimas constantes, hayan o no contraído la cepa del nuevo coronavirus, son los desempleados. Durante el 2020 se perdieron más 647 mil 710 empleos, de acuerdo con los datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Las víctimas constantes, hayan o no contraído la cepa del nuevo coronavirus, son los desempleados. Durante el 2020 se perdieron más 647 mil 710 empleos, de acuerdo con los datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Aunado a ello, la economía mexicana tuvo la mayor contracción en nueve décadas; el Producto Interno Bruto (PIB), el cual refleja el valor de los bienes y servicios generados en el país, se desplomó 8.5 por ciento el año pasado, según un reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Ahora, en el 2021, con la distribución de las vacunas y el número de infectados disminuyendo; el país se enfrenta al recuento de los daños y a la tétrica posibilidad de nuevas olas de contagio.
Es uno de los momentos más complicados, la crisis económica que provocó esta pandemia es motivo de profunda preocupación hasta para las más grandes potencias económicas, quienes se han movilizado para asegurar la salud de sus ciudadanos, a la vez que impulsan propuestas para evitar el colapso económico de sus países.
Recientemente, Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, sostuvo su promesa de campaña al impulsar el rescate financiero a través de apoyos económicos e incentivos fiscales, con el propósito de que los ciudadanos norteamericanos tengan la posibilidad económica de enfrentarse a los estragos que dejó el SARS CoV-2.
El 10 de marzo de este año, la Cámara de Representantes aprobó el paquete de alivio financiero valorado en 1.9 billones de dólares. La medida contempla la expedición de cheques directos por mil 400 dólares para aquellos contribuyentes que cuenten con ingresos inferiores a 80 mil dólares anuales, mismos que podrían comenzar a entregarse a finales de este mes, una ayuda que recibirá la mayoría de estadounidenses puesto que, durante el 2019, el ingreso medio por hogar era de 68.703 dólares.
Los gobiernos locales y estatales también se beneficiarán de este fondo, con 350 mil de dólares destinados a sus necesidades que ayudarán a sufragar los gastos de las instituciones relacionadas con la emergencia sanitaria, al tiempo que se seguirá destinando fondos para la distribución de vacunas y aplicación de pruebas de detección del patógeno.
La medida no solo beneficia los residentes del país vecino. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), podría tener efectos secundarios beneficiosos para otras economías, particularmente para la de sus vecinos Canadá y México, lo cual le viene bien a México, donde la falta de estímulos ante la crisis de COVID-19 ha sido palpable.
Sin embargo, a un año de distancia, resulta evidente que la medida fue insuficiente, el mandatario nacional ha ejecutado uno de los presupuestos más austeros del mundo durante la crisis sanitaria y se rehusó a pedir un préstamo para evitar el desplome de la economía. Es en gran parte gracias a las las remesas y exportaciones que se ha conseguido una recuperación parcial de la economía mexicana; mismas que fueran impulsadas por el gasto desde Estados Unidos tras los paquetes de estímulo.