¿Aumentó la productividad durante la pandemia?

INEGI dio a conocer su índice Global de Productividad Laboral de la Economía correspondiente al segundo trimestre de este año, que comprende el periodo de abril, mayo y junio, es decir, comprende los meses de fin del confinamiento y el inicio de lo que el gobierno federal ha llamado nueva normalidad.

El informe señala un primer indicador positivo, que es de productividad u horas hombre trabajadas, el cual aumentó un 11.4 por ciento más, respecto al indicador obtenido del trimestre pasado. En pocas palabras, las personas empleadas trabajaron más horas, justo en el momento en que se disminuyo el Productor Interno Bruto (PIB) a consecuencia de la emergencia sanitaria.

El instituto informa que, por grupos de actividad económica, la Productividad Laboral en las actividades primarias registró un alza de 31.2%, en las secundarias de 12.4% y en las actividades terciarias de 10.3% en el mismo lapso.

Entonces podemos decir que nos fue bien, sin embargo, el informe también revela los sectores económicos que fueron mayormente afectados en su productividad, las empresas constructoras mostraron una caída de (-)7.5 por ciento y en los establecimientos manufactureros el indicador fue de (-)9 por ciento, en las empresas de comercio al por menor la Productividad Laboral fue inferior en (-)12.8 por ciento, en las de comercio al por mayor en (-)15.7 por ciento y en las de servicios privados no financieros en (-)19.8 por ciento.

Estos indicadores se realizaron comparando los resultados obtenidos en el primer trimestre (enero, febrero y marzo) con los del segundo trimestre, que son los datos que hoy hace público el INEGI.

Un comportamiento que quizás no se esperaría, fue que, a pesar de la baja en las horas trabajadas de estos sectores, aumentó el costo unitario de la mano de obra; en las empresas constructoras se incrementó 10.7 por ciento y en los establecimientos manufactureros 31.6 por ciento, en las empresas de comercio al menudeo subió 14 por ciento, en las empresas de comercio dedicadas al mayoreo 18.4 por ciento y en las de servicios privados no financieros 20.6 por ciento.

Esto se calculó en base al total de personal ocupado en cada empresa que participó en la encuesta, lo que quiere decir que la desocupación pudo jugar un punto a su favor, es decir, calculas más trabajo entre menos empleados, o la idea de “hacer más con menos” no es precisamente un factor positivo.

¿Esto se traduce cómo, hubo menos trabajo, pero ese trabajo fue mejor pagado?

No directamente, esto quiere decir que, aún con una baja en horas trabajadas, a las empresas les costó más cada uno de sus trabajadores, y esto no necesariamente indica un aumento en el salario, ya que muchas empresas han tenido que realizar gastos extraordinarios para adaptarse a la nueva normalidad y esto se ve reflejado, aunque también hay empresas que, a pesar de no estar operando continuaron pagan en total o parcialmente su salario, otras que ofrecieron estímulos o prestaciones adicionales en consecuencia de la emergencia sanitaria.

También cabe señalar que las empresas gastan más por empleado cuando hay menos empleados, ya que hay seguros, instalaciones y otros factores que interfieren en el calculo del costo de la mano de obra.

Se podría decir que un resumen más acertado acerca de este informe sería que hubo más trabajo para algunos sectores, sin embargo, para las industrias de la construcción, los establecimientos manufactureros, comerciantes de mayoreo y menudeo y las empresas de servicios privados no financieros hubo menos trabajo, pero costó tuvo un costo mayor, lo que puede ser un indicador de disminución en la rentabilidad de los mismos.