En el cumpleaños de Frida Kahlo
«Yo solía pensar que era la persona más extraña en el mundo, pero luego pensé, hay mucha gente así en el mundo, tiene que haber alguien como yo, que se sienta bizarra y dañada de la misma forma en que yo me siento. Me la imagino, e imagino que ella también debe estar por ahí pensando en mí. Bueno, yo espero que si tú estás por ahí y lees esto sepas que, sí, es verdad, yo estoy aquí, soy tan extraña como tú.» – Frida Kahlo
Frida Kahlo nació un 6 de junio de 1907 en Coyoacán. Hija de un fotógrafo alemán y una ama de casa mexicana, llevó una vida poco convencional que estuvo marcada por la enfermedad en su niñez y por las secuelas de un terrible accidente de tránsito en su juventud, las cuales le provocaron cerca de 40 intervenciones quirúrgicas y largos periodos de estar postrada en una cama. Los impedimentos físicos no lo fueron para el desarrollo creativo de quien se convertiría en una de las artistas más emblemáticas de México, pues la gran mayoría de sus más de 200 pinturas son proyecciones de las dificultades que enfrentaba en su día a día; «pies para qué los quiero, si tengo alas para volar» es una de sus frases más célebres a propósito de su condición.
La pintora estuvo siempre rodeada de un selecto grupo de personalidades; contrajo nupcias con el muralista mexicano Diego Rivera en 1929, y aunque vivieron un tórrido romance y desarrollaron un vínculo creativo remarcable, su relación estuvo llena de infidelidades y pleitos, culminando en divorcio en 1939. Entre los amantes de Frida estuvieron el revolucionario ruso León Trotsky y las actrices María Félix y Dolores del Río. Frida abrió su única exposición 1953, en la Ciudad de México, y si bien entonces su obra fue aplaudida por artistas contemporáneos como Marcel Duchamp y Pablo Picasso, no fue mundialmente reconocida hasta la década de 1970, años después de su fallecimiento. André Bretón incluso la invitó a formar parte de una exposición en Nueva York sobre surrealismo en 1938, pero la artista rechazó la invitación ya que para ella su pintura representaba su propia realidad y no tenía ninguna intención surrealista.
El legado de Frida Kahlo es atesorado en México por el apego cultural mexicano que esta evidenció no sólo en su obra, sino en su estilo de vida. Kahlo falleció a los 47 años de edad víctima de múltiples padecimientos físicos y emocionales, en la última página de su diario personal escribió: «espero que la ida sea placentera y espero nunca volver».
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