¿Para qué quiere AMLO una ley de amnistía?

Faltando 5 meses para que concluya el mandato de López Obrador, se le ocurre crearse para él, exclusivamente para él, una facultad legal para dejar en libertad a delincuentes.

Tanto que se ha quejado el presidente de las autoridades judiciales cuando, bajo un régimen de derecho, otorgan libertad a los procesados que a él le interesa tener tras las rejas. El último caso mencionado por el mismo López es el de Jesús Murillo Karam, exprocurador General de la República. El juez que le sigue proceso concedió libertad domiciliaria para que siga el proceso en su domicilio. Eso bastó para tildar a la autoridad de corrupta, por aplicar una facultad que le concede la ley. Claro, AMLO se inconformó apelando la medida.

Luego entonces, ¿Por qué él sí tendrá la facultad de dejar en libertad a cuanto reo se le antoje? ¿Será cuestión de dinero? Vamos, te dejo en libertad a cambio de…

En el último periodo ordinario de sesiones de ambas Cámaras legislativas, simplemente se les ocurrió darle esa facultad legal al presidente de la República. La justificación, que hay muchos reos inocentes. Lo que no dicen, que la misma ley prevé esos casos y pueden obtener su libertad esos sentenciados que, mediante pruebas posteriores o “supervivientes”, acreditan la inocencia. Luego ¿Por qué darle ese poder a López en sus últimos 5 meses? Todo indica que va por el negocio de dejar en libertad a muchos que están dispuestos a pagar por ella.

AMLO desconfía de la procuración y administración de justicia. Eso sí, confía más en su “intuición” y él quiere impartir la justicia, decidir quién se queda en la cárcel y quién sale. Vaya abuso del presidente y sus huestes en las Cámaras de Diputados y Senadores.

Basta ver los desatinos del senador Monreal, coordinador de la bancada de Morena —en la tribuna—, cuando pretendió defender ilegalmente a través de alegatos “leguleyos” sin fundamento cuando defendió el poder del Poder Legislativo, sobre la facultad que tienen las autoridades judiciales de declarar una ley inconstitucional. Ellos sí “representan al pueblo”, las autoridades judiciales no. Ese fue el fondo de su retórica.

Más el Doctor en Derecho, académico —qué vergüenza— de la UNAM, no les dijo en su discurso del miércoles pasado —en tribuna—, que esa es una atribución constitucional que permite al Poder Judicial, mantener el equilibrio de Poderes cuando, tanto el Poder Ejecutivo o el Poder Legislativo, violan la Constitución. Es ahí en donde la aplicación de la justicia repara la violación legal o constitucional; nada que el “pueblo” decide y ellos lo representan; ese es discurso barato y sin sustento en ley alguna. Esa es atribución que ejercen los jurisconsultos en beneficio de los gobernados no de las autoridades. Académico de “pacotilla”, izquierdista trasnochado.

Las nuevas facultades para amnistiar a delincuentes solo son en beneficio de López Obrador ¿Pagará favores, cobrará salidas de los centros de reclusión?

Conclusión. Urge que los de la cuarta deformación se vayan antes de que terminen con las instituciones y libertades de las y los mexicanos.