Dime con quién andas…

Quienes vieron House of Cards recordarán cómo Frank Underwood, el maquiavélico político demócrata que fue alma de la serie antes de la caída en desgracia de Kevin Spacey, comparaba el poder con los bienes raíces.

La comparación cobraba sentido más o menos en torno a la idea de que mientras más cerca estuvieras de la principal fuente poder, mayor sería tu valor político.

La fotografía de la reunión sostenida entre Andrés Manuel López Obrador y diversos mandatarios estatales, entre ellos Francisco Domínguez Servién, podría ilustrar a la perfección lo sostenido por Underwood, pues en ella el gobernador de Querétaro aparece inmediatamente al lado del presidente.

Esto cobra especial relevancia cuando, además, atendemos al hecho de que, sin aceptar del todo las indicaciones federales e incluso oponiendo resistencia a algunas, como sucede con el Insabi, el gobernador ha sostenido una relación cordial y no confrontativa con López Obrador.

Se puede asegurar sin problema que al final eso obedecería a las necesidades que impone su cargo como titular de la Conago. Eso es cierto, pero para la política no es fundamental, pues más que las causas importan las consecuencias y la consecuencia de la actitud de FDS hacia AMLO, se aprecia en la buena estima que el presidente mantiene hacia la entidad queretana.

Con intereses de por medio o no, el hecho es que el “gober” y el “presi” parecen llevarla muy bien lo cual, esperamos, redunde en beneficios para quienes habitamos este estado, si los beneficios salpican después a Domínguez y a su carrera política, es harina de otro costal.