C.C.P. José Antonio Manzanero Escutia, presidente del notariado mexicano

Esta semana la senadora Olga Sánchez Cordero, futura secretaria de Gobernación, presentó una reforma constitucional que busca generar un marco general para los notarios en México, cuya labor es indispensable para dar certidumbre jurídica a actos fundamentales de la vida económica y social del país.

Los planteamientos vertidos en ella, por la ex ministra y notaria, son de gran relevancia pero no habían estado en la agenda nacional por grave descuido, por menospreciar la función o por mantener un mal entendido respeto a la soberanía de los estados, donde el origen de muchas notarías y notarios está ligado a favores personales o políticos.

¿Están por cambiar las cosas en México?, ¿creemos en la cuarta transformación? Hay tanta polarización y pasiones en nuestras posiciones en esta etapa de la vida nacional, que es difícil ser objetivo sobre las cosas positivas o negativas de lo hasta hoy propuesto por el Presidente electo y su partido en el Congreso.

Sí bien no está totalmente claro todos los puntos de la transformación, es difícil negar que temas como reducir los privilegios de la alta burocracia, la legalización de la marihuana para uso lúdico, la propuesta para bajar comisiones de la banca y ahora la iniciativa para homologar el nombramiento de los notarios en México, son parte de ese cambio.

Es casi imposible cerrarse más a la idea de regular un producto que se consigue y consume todos los días en el país por millones de mexicanos, la marihuana, que ya es legal en todo Canadá y estados como California, en Estados Unidos. Los bancos ganan más comisiones que en sus países de origen y debe revisarse, esto sin matar a estas importantes instituciones pero sí en apoyo a los usuarios, un balance hacia lo justo. De la corrupción ni hablar, así como de privilegios más allá del sueldo del que se abusaron por tanto tiempo, confundiendo los bienes públicos con bienes personales.

Por lo que toca a las notarías, la Senadora Sánchez Cordero fue sutil y técnica en su exposición de motivos, quizá por cortesía política no se quiso referir a casos como los de Coahuila donde entre los dos hermanos Moreira dieron 100 notarías a sus amigos y colaboradores, o el caso del Estado de México, donde Eruviel Ávila otorgó notarias a hijos de exgobernadores, funcionarios de su gabinete y compensó hasta a actores de oposición. Muchos otros, a lo largo del país, quizá con apenas algo de discreción, han otorgado estas patentes como una contraprestación o recompensa, el riesgo siempre está latente.

Será el efecto de esta iniciativa un “pitazo” para que se acelere la entrega de notarías prometidas o servirá como un llamado informal para dejar las cosas en el estado actual mientras se resuelve esta reforma. El texto constitucional propuesto, de llegar a ser vigente pronto, no dejaría duda que el medio de acceso a la función notarial son los exámenes públicos de oposición, pero pueden mientras abusar de los matices entre el blanco y el negro, por lo que deberá acelerarse la ley general para lograr los efectos que se pretenden.

Sea para unos sí o para otros no una cuarta transformación lo que vendrá a partir del próximo 1 de diciembre, es un hecho que hay cosas que transformar, sin satanizar ni rechazar sólo por quien las propone.