Pitol, autor que transgrediA? gA�neros con literatura impregnada de locura

Texto: Alberto Cabezas / EFE

El escritor mexicanoA�SergioA�PitolA�Demeneghi, fallecido este jueves 12 de abril en Xalapa, fue un viajero incansable, capaz de transgredir gA�neros literarios y de crear una literatura cosmopolita impregnada por un A�tono de locuraA� con el que apelaba a la libertad como valor supremo del ser humano.

HuA�rfano a los cuatro aA�os,A�PitolA�(Puebla, 1933) fue criado por su abuela y heredA? de ella su pasiA?n por la lectura en la comunidad azucarera de El Potrero, habitada por una colonia de italianos nostA?lgicos de un pasado mejor, ubicada en el estado de Veracruz.

A los 12 aA�os, cuando habA�a devorado ya la obra de Julio Verne, Robert Louis Stevenson, Charles Dickens y LeA?n Tolstoi, se trasladA? a la ciudad veracruzana de CA?rdoba antes de emigrar a la capital del paA�s en 1950 para estudiar derecho en la Universidad Nacional AutA?noma de MA�xico (UNAM). AllA� coincidirA�a con algunos de sus grandes amigos, entre otros el escritor Carlos Fuentes y el exiliado espaA�ol Manuel Pedroso, a travA�s del cual se acercA? a la literatura y obra de Alfonso Reyes y la pintura de Diego Rivera, que le impresionarA�an.

En 1958, por sus participaciones en la revista Estaciones, trabarA�a una honda amistad con los tambiA�n escritores Carlos MonsivA?is y JosA� Emilio Pacheco.

En 1961 saldrA�a a vivir fuera de MA�xico durante un lustro, un periplo que le llevarA�a a Roma, Londres, Varsovia y PekA�n, y aA�os mA?s tarde a ParA�s, Budapest, MoscA? o Praga.

Su primer viaje a Italia fue decisivo: A�Cuando me fui de MA�xico pensA� que apenas podA�a entender y escuchar algo, pero en el momento que pisA� Roma tal parece que los oA�dos se me abrieronA�. Siempre recordarA�a la influencia de aquellos aA�os: A�Yo vivA� en el exilio maravillosamente. Me enamorA� de ciudades como si fueran seres humanosA�, llegA? a decir.

Escritor itinerante, polA�glota y traductor, exiliado por voluntad propia durante casi tres dA�cadas,A�PitolA�considerA? imprescindibles esos viajes que le acercaron a tradiciones literarias poco conocidas en el mundo hispano de entonces, sobre todo las de Europa del Este.

Su tA�cnica literaria era muy particular: A�Mi mA�todo de trabajo no me permite la menor invenciA?n, tengo que conocer a los personajes, haber hablado con ellos para poder recrearlos. No puedo describir una casa en la que no he estadoA�.

Narrador, ensayista, autor de memorias, crA�tica y crA?nicas periodA�sticas, en sus primeros aA�os estarA�a influido por Jorge Luis Borges y William Faulkner, y por Virginia Woolf y E.M. Foster en su etapa viajera posterior. Posteriormente estarA�a influido por Mijail Bajtin y el mundo del carnaval antes de lanzarse a una etapa final dominada por la disoluciA?n de los gA�neros y cA?nones literarios a partir de la publicaciA?n de una de sus mejores novelas, El desfile del amor.

Del panorama de las letras espaA�olas,A�PitolA�destacaba a Miguel de Cervantes y a Don Quijote, un autor y una obra que dejaron una impronta crucial en sus escritos. A�Casi todas mis novelas tienen un tono de locuraA�, admitirA�aA�Pitol, entendida esta como la creada por Cervantes para eludir la censura del Siglo de Oro y reivindicar una libertad plena. AdemA?s reconocerA�a que los intelectuales espaA�oles exiliados en MA�xico como MarA�a Zambrano, JosA� BergamA�n, Luis Cernuda y JosA� Moreno Villa marcaron su modo de escribir y representaron una influencia fundamental en su obra.

En diciembre de 2005, tras conocer la concesiA?n del Premio Cervantes, dirA�a que ese reconocimiento era lo mejor que le habA�a ocurrido en su vida literaria.

Del autor de una obra eminentemente memorialA�stica destacan tA�tulos como Nocturno de Bujara (1981), El taA�ido de una flauta (1973), El mago de Viena (2005), Domar la divina garza (1988) y La vida conyugal (1991).

Entre los galardones que recibiA? destacan el Premio Herralde de Novela con El desfile del amor (1984), el a�?Juan Rulfoa�� de la Feria del Libro de Guadalajara (1999), el Xavier Villaurrutia (1981), y el Nacional de Literatura (1993).

Sus A?ltimos aA�os quedaron marcados por la afasia primaria progresiva, enfermedad que le dificultA? el habla. Sin embargo, hasta poco antes de que este mal le afectara con mayor severidad,A�PitolA�siguiA? prodigA?ndose en encuentros culturales.