La basura es tu problema (segunda y última por ahora)
Si la recolección de basura impacta directamente tu bolsillo, el problema te lo tomarás en serio, al igual que la luz o el gas. ¿Verdad que no te gusta que te lleguen recibos cada vez más caros?
Va la segunda parte, espero también haya polémica y reflexiones.
Esta es la premisa. La basura es tu problema y debes hacerte responsable, más allá de la obligación
Como le expliqué a alguno de los lectores del texto anterior, mi intención es generar conciencia individual sobre las consecuencias de la sociedad de consumo.
El sistema que vivimos -llámalo globalización, capitalismo salvaje, “libre mercado” o como quieras- tiene contradicciones profundas.
Una es la explotación de las personas y la creciente desigualdad. Las cifras que publica Oxfam son alarmantes y desoladoras: 62 personas poseen la misma riqueza que la mitad de la población mundial.
Otra es la depredación del planeta por la primacía de los criterios de mercado. Las oscilaciones de oferta y la demanda pueden afectar los ritmos de producción y los precios. Empero, ese vaivén no garantiza que los recursos globales, nacionales o locales, se empleen de forma racional.
El pasado 8 de agosto sobrepasamos el consumo de recursos que el planeta es capaz de renovar en un año. A esto se le conoce como el “Earth Overshoot Day”. Si los patrones de consumo fueran los de Estados Unidos en todo el mundo, necesitaríamos al año 4 veces los recursos que la tierra nos puede ofrecer.
Sin embargo, entre nuestra clase politica y empresarial persiste la fantasía del crecimiento “sostenido”, el espejismo de la “modernidad” y el desarrollo al infinito, sin tomar en cuenta que el planeta es un entorno con recursos muy limitados. Esto nos está llevando a la destrucción asegurada.
Este escenario de desmesura no puede ser frenado por los gobiernos, de cualquier nivel. Ni la ONU, ni el Gobierno Federal, ni los gobiernos estatales o municipales. De hecho, creo que son parte del problema porque gran medida están coludidos con los actores económicos para mantener el modelo.
Si le llamo clase dominante, como se hacía hace algunos años, seguro me llevo algunos jitomatazos, pero esos son los hechos con independencia de la nomenclatura.
En ese sentido, lo que nos queda es fomentar la toma de conciencia individual, que se comparta y se convierta en colectiva para que, a través de la contracción de la demanda, cambiemos los patrones de producción depredadora.
Por eso insisto: la basura es tu problema, debes hacerte responsable de las consecuencias de tus actos. Lo sé, ahí viene el aluvión de críticas, pero en mi opinión es la forma de atender el problema de fondo, más allá de la coyuntura actual.
Gobiernos han ido y venido, igual que partidos políticos. Las administraciones actuales terminan en 2018. Podrá consolidarse la concesión o darse marcha atrás como muchos reclaman al ver su acera atiborrada de la basura propia y la de sus vecinos, pero el problema de fondo seguirá.
Tu lata de atún y tu botella botella de PET se sumarán a miles de envolturas de plástico y otros desperdicios para terminar en el relleno sanitario, los ríos y océanos, lo cual no puede seguir ocurriendo indefinidamente.
¡Piénsalo!
PD. Una propuesta de política pública.
Aquí una idea que también me ganará algunos detractores. Si la basura es tu problema deberías pagar por resolverlo.
Si la recolección de basura impacta directamente tu bolsillo, el problema te lo tomarás en serio, al igual que la luz o el gas. ¿Verdad que no te gusta que te lleguen recibos cada vez más caros?
Debemos encontrar la forma de cobrarte directamente por recogerla de la puerta de tu casa y no de forma indirecta como ocurre actualmente.
Sí, ya la pagas, pero en el predial o no viene explícito el costo del servicio. Tal vez así ponderarías entre comodidad y eficiencia.
La tarifa debería ser directamente proporcional a la cantidad y tipo de residuos generes, así como al tipo de colonia donde vives.
Mientras más basura tires, deberían cobrarte más y viceversa.
Si tu colonia es popular, más densamente poblada, el costo de traslado del camión es menor y en consecuencia la tarifa debería ser menor. En contra, si tu colonia es residencial, con más distancia entre casa y casa, la tarifa debería ser mayor.
Si separas los residuos y éstos se pueden aprovechar, la entidad recolectora (el municipio o concesionario) estaría en posibilidad de venderlos y por lo tanto tu tarifa debería bajar.
Otro componente de la tarifa debería ser un subsidio para que haya servicio en comunidades marginadas, y obviamente los propios costos administrativos: amortización de recursos para renovar los camiones recolectores, mejores sueldos y prestaciones para los trabajadores, insumos, impuestos…
Esto no es inventar el hilo negro. Ya ocurre.
En ciudades de Estados Unidos, como Dallas, el cobro de la recolección de basura se hace vinculado con el servicio de agua potable. Si la vivienda está desocupada, no consume agua ni se recolectan residuos.
En Houston, quienes más tiran basura (y por ende requieren más esfuerzo humano y recursos materiales para su disposición) se les aplica una cuota por capacidad extra de recolección.
Aquí, los orgullosos queretanos por la limpieza de la ciudad, deberíamos ser creativos para encontrar el esquema de cobro directo ideal, individualizado y que no signifique un incremento del monto que ya pagamos por predial.
Sin embargo, en tanto no se aplique un esquema así, debes hacer lo posible por generar la menor cantidad de desechos y recuperar los reciclables.