Acepta el Piojo que se equivocó

Miguel Herrera, ex director técnico de la Selección Mexicana de Fútbol, rompió el silencio después de ser cesado del banquillo nacional, por haber agredido al periodista Christian Martinolli.

El estratega mantiene su postura y asegura que él es el ideal para estar al frente del Tri, sin embargo, no tiene duda que apoyará al que resulte elegido.

“El mejor técnico para México es Miguel Herrera. Si no soy yo, apoyaré a cualquiera”, dijo para la cadena ESPN.
Asimismo, indicó que por el momento no desea regresar a los banquillos, pues necesita bajar la intensidad que genera la Selección Mexicana.

“Ahora es llenarme de cosas positivas. Cuando regrese Miguel Herrerra, llegará el mejor. En este momento no tengo ganas, sino bajar la tensión de este proceso”, manifestó.

El Piojo aseguró que para él fue injusto su despido, pues pensó que pesarían más los objetivos que obtuvo y el buen ambiente que creó con los seleccionados nacionales.

“Yo lo tomo injusto, los directivos pueden pensar una cosa y yo otra, al final de cuentas la decisión fue de ellos. No la verdad es que no, no porque no fue alguien, fui yo, el culpable de esta situación fui yo, al contrario, creo que traicioné a mi grupo de trabajo por un arranque, por una cosa absurda”, dijo Herrera en entrevista con Televisa Deportes.

En tanto con Fox Sports, aceptó que golpeó al comentarista deportivo y describió el incidente.

“Fue una calentura mía, yo entré al aeropuerto, cuando lo vi solté mis cosas, solté mi bolsa, mi maleta, pasaporte, todo. Se me nubló, bueno tengo que reconocer que este error tuvo una consecuencia, una consecuencia muy desagradable para mí, muy grave”.

Herrera también indicó que nunca se sintió intocable, ya que si lo hubiera hecho habría sido soberbio.

“En ningún momento me sentí intocable, porque si me hubiera sentido intocable me hubiera vuelto soberbio… nunca pasó por mi cabeza eso, la exposición del técnico en los medios fue algo atípico”.

También dijo que en el Mundial no cobró ni un peso en premios, pues su apuesta fue el quinto partido al que no llegó.

“En el Mundial no cobré un peso, todo mundo cobró, todo mundo tenía premios, todos los administrativos, todos tuvieron premios. No me pagaron un peso de premios, ni un peso de premios porque mi apuesta era el quinto partido”.