La guerra de los indecisos

En estos días han empezando a circular versiones sobre la existencia de posibles encuestas respecto a las preferencias electorales en el municipio de Querétaro.

Supuestamente la casa encuestadora “Parametría” tiene ya realizado un trabajo que anticipa una ventaja de Roberto Loyola sobre Armando Rivera con un 9% de superioridad.

Por principio de cuentas debemos recordar que “Parametría” es la encuestadora predilecta del “Primer Ciudadano” de la entidad, por lo que la objetividad en la misma podría no ser del todo óptima.

Valdría la pena saber: ¿quién pagó esa encuesta? ¿A qué preció? Y bajo qué condiciones se llevó a cabo; hay que acordarse de que “el que paga manda”. 

De igual forma, hasta nuestro Staff ha llegado un trabajo con relación a las tendencias del voto, el cual, en promedio, marca un empate técnico entre Armando Rivera  y Roberto Loyola.

Dicho estudio predice que la elección no está cerrada, sino lo que le sigue; pero va más allá, toda vez que indica que las franjas donde hay que trabajar es en conquistar el voto “indeciso”.

Y es que, a decir verdad, existe un elevado porcentaje de electores avecindado en Querétaro hace menos de seis años y que elegirá presidente municipal este primero de julio.

Ese nicho electoral es gente que no vivió la administración municipal 2003-2006 de Armando Rivera y que en consecuencia no está del todo enterada acerca de los saldos de dicho personaje político.

De igual forma es gente que no cuenta con el “rancio abolengo queretano” y que no conoce tampoco la “queretaneidad” de Roberto Loyola, ni su trayectoria ¿política? En la entidad.

En ese sentido los esfuerzos de los candidatos debieran enfocarse directamente en captar el ánimo de aquellos indecisos que no terminan de conocer ni a uno ni a otro candidato.

Y es allí donde “está el meollo del asunto” ya que, de campaña a campaña, es por demás evidente que en cuanto a recursos económicos tal vez le hayan invertido cantidades similares pero…

…En tratándose de atracción, cordialidad y creatividad, Rivera Castillejos lleva la delantera y por bastante trecho; al grado que quienes viven día a día la campaña “en calle” han podido constatar ya los efectos del marketing electoral.

Soltar los resultados de una encuesta con visos y trazas oficialistas es una señal de que se busca empezar a crear tendencias que impacten mayormente en la voluntad de los electores.

También es incuestionable que los ajustes que se hacen día con día en la estrategia de comunicación del candidato tricolor, hablan de un desorden en el primer equipo responsable de llevar la campaña “loyolista”.

Faltan 34 días para las elecciones del primero de julio, la cuenta regresiva no para, y en Querétaro habrá que ver la pimienta del movimiento #YoSoy132 y la capitalización de los efectos del mismo.

Mientras los priistas del municipio sigan pensando que la campaña se centra en marcas PRI vs. PAN y no en personas: Roberto vs. Armando; sus cartas de navegación seguirán erradas.

Porque “acá entre nos” si Armando se impuso contra viento y marea en contra de la propia marca PAN, es patente que también lo haga contra la ya no tan cotizada marca PRI.

De la marca “Roberto Loyola” ya habrá tiempo para platicar. Por lo pronto el viejo adagio reza: “más vale malo por conocido, que bueno por conocer”.