Sábado Santo: el día más silencioso de la Semana Santa

El Sábado Santo es un símbolo profundo de espera, luto y esperanza contenida.

Este día recuerda el momento en que el cuerpo de Jesús reposa en el sepulcro. Es el único día del calendario cristiano en el que no se celebra la Eucaristía. Las iglesias permanecen en recogimiento, sin luces ni cantos, en un ambiente que invita a la reflexión. Todo parece suspendido, como si el tiempo se detuviera.

Según la tradición cristiana, mientras su cuerpo descansa, Jesús desciende al “lugar de los muertos” para liberar a las almas justas que lo esperaban desde antiguo. Este acto, conocido como el descenso a los infiernos, es interpretado como un gesto de redención total.

En distintas regiones del mundo, el Sábado Santo se vive con distintos matices. En algunos pueblos, se conserva la antigua costumbre del duelo: las campanas callan, las imágenes religiosas se cubren, y los fieles guardan ayuno y silencio. En otros lugares, se prepara con anticipación la gran celebración de la Vigilia Pascual, que inicia al anochecer, y marca con fuego, agua y canto el paso de la oscuridad a la luz.