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Kamala Harris será la primera vicepresidenta de Estados Unidos

Por Staff Códice Informativo - 07/11/2020

Sacar a Donald Trump de la Casa Blanca “ya sea por las urnas o por juicio político” fue el principal motivo que impulsó a Harris a buscar un puesto en el Congreso y –al parecer– lo logró.

 Kamala Harris será la primera vicepresidenta de Estados Unidos

Mujer de 54 años, senadora por California, ex fiscal general, casada, de ascendencia hindú y jamaiquina, Kamala Harris será la primera mujer en ocupar el puesto de vicepresidenta y toda su trayectoria la señalan como un personaje que los analistas políticos no han podido encasillar como conservadora o progresista.

No es ni blanca ni negra, es feminista pero no militante del movimiento, propicia la mano dura contra el crimen, aunque lucha porque las cárceles no estén llenas de hombres negros. Kamala Harris fue una rara avis dentro del pelotón de candidatos presidenciales demócratas en las primarias y lo seguirá siendo en los próximos cuatro años.

Graduada en Ciencias Políticas y Economía en la prestigiosa Howard University de Washington, se doctoró en Derecho en la Universidad de California. Al recibirse inició su carrera directamente en la función pública, convirtiéndose en asistente del fiscal del condado de Alameda, posteriormente ascendió como la primera mujer fiscal del distrito en San Francisco y la primera fiscal general de California y hace dos años contendió para el puesto de senadora por el estado de California.

Harris se presenta a sí misma como una innovadora en justicia penal. Cuando fue fiscal general introdujo una ley por la que se imponen multas y hasta condena de cárcel a los padres que no obligan a sus hijos a ir a la escuela. Recibió muchas críticas desde el progresismo, pero Harris los enfrentó con las estadísticas. Los estudiantes de secundaria de San Francisco no iban a clases al menos un día a la semana. Un estudio que encargó su oficina descubrió que el noventa y cuatro por ciento de las víctimas de asesinato de la ciudad, menores de veinticinco años, habían abandonado la escuela secundaria. La educación pública, argumentó Harris, es la última defensa contra una vida criminal.

La doctora en derecho asegura que su visión del progresismo “no depende de una revisión general del sistema sino de un enfoque deliberado e interactivo: intentas algo, regresas, lo retocas, lo intentas nuevamente”. Este enfoque se ajustaba a los puestos que tuvo y al estado grande y políticamente heterogéneo que representa.

Durante gran parte de su vida, Harris fue una muy atractiva soltera, sin hijos, centrada en su trabajo. A los cincuenta, sintió que ya era hora de tener una pareja estable. Se casó con Doug Emhoff, un abogado de Los Ángeles, en una pequeña ceremonia civil en 2014. Cuando Harris no está en el Congreso o en campaña, viven juntos en el elegante barrio angelino de Brentwood. Emhoff cocina y siempre le deja comida casera preparada en la heladera. Él tiene dos hijos de un matrimonio anterior, Cole y Ella, que llaman a Harris, cariñosamente, “Momala”.

Cuando llegó al Congreso, hace dos años, se hizo una promesa y aseguró que su principal motivo para estar allí era “sacar a Trump de la Casa Blanca, por juicio político o por las urnas”. Y al parecer lo logró.

Su especialidad como fiscal fue la de perseguir a depredadores sexuales, acosadores seriales y estafadores. Por esa razón, repitió en la campaña que es la mejor preparada para enfrentar a Trump. “Créanme que conozco a los acosadores y violadores y Trump llena todos los casilleros” y agregó que el presidente es “un especialista en fraude”.

“Asegura que es el mejor presidente de la última generación…¡Bueno, voy a tener que representar como abogada a Barack Obama y a Joe Biden porque acá hay una usurpación de identidad!”, bromeó ante una audiencia que la aplaudió hasta que les quedaron las manos rojas. Y no se olvida ni un momento de su condición de fiscal. En el Senado aseguran que durante las audiencias es la que hace las preguntas más duras y capciosas.

Biden la sumó a la fórmula y le prometió hacer historia. Y si nada se interpone en la democracia del país “más libre del mundo” será a partir del 20 de enero tendrá su oficina en el edificio de estilo francés ubicado a un costado de la Casa Blanca. Allí, tendrá que desplegar el papel que más le gusta, el de la implacable fiscal.


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