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Riesgo en la 57: las negligencias del tránsito pesado

Por Staff Códice Informativo - 27/10/2020

Choques, volcaduras y carambolas son, como suele decirse, el “pan de cada día”, al grado de que las personas que usan este tramo federal saben que deben salir con tiempo por la alta probabilidad de que les toque presenciar algún incidente automovilístico.

 Riesgo en la 57: las negligencias del tránsito pesado

Foto: Archivo

La autopista federal 57 es una de las más importantes y transitadas de la red de carreteras de nuestro país. Sus 1,295 kilómetros comienzan en Piedras Negras, Coahuila y terminan en la Ciudad de México, atravesando Nuevo León, San Luis Potosí, Guanajuato, Querétaro, Hidalgo y el Estado de México.

Cientos de miles de vehículos conducen por ella todos los días. Sólo en el tramo Querétaro-México se calcula que circulan de 150 a 170 mil vehículos diarios, convirtiéndose en uno de los trayectos más transitados, al ser la conexión entre la capital y la urbe queretana, uno de los bastiones industriales del centro de la república.

La densidad de la carga vehicular conlleva una serie de riesgos para todos los conductores que circulan por la 57. Según el Anuario estadístico de accidentes en carreteras federales del 2018, en el tramo mencionado, el cual lo comprenden 185.2 kilómetros, hubo un total 297 colisiones, 116 de ellas con víctimas, dejando un saldo de 144 lesionados y 59 personas fallecidas.

Choques, volcaduras y carambolas son, como suele decirse, el “pan de cada día”, al grado de que las personas que usan este tramo federal saben que deben salir con tiempo por la alta probabilidad de que les toque presenciar algún incidente automovilístico.

Los diarios locales y nacionales suelen reportar todo tipo de percances en la zona. Muchos de ellos son producto de la impericia del que va al volante, así como de la negligencia de algunos conductores que no respetan los límites de velocidad ni el uso sensato de los carriles. Otros, lamentablemente, suelen estar directamente relacionados con los tráileres, remolques y demás transportes de carga pesada que hacen uso diario de la autopista.

A las afueras de Querétaro, en la salida hacia al Estado de México, se encuentran varios parques industriales que albergan múltiples empresas de diversos giros. Algunos de ellos no cuentan con las instalaciones necesarias para garantizar que los vehículos de tránsito pesado que los visitan lo hagan sin causar afectaciones al tránsito de la autopista.

Un ejemplo claro es el del segundo complejo de bodegas de La Bomba Industrial Park, el cual no cuenta con las vías de aceleración y desaceleración para todos los vehículos en ingresen o salga de él, siendo este uno de los requisitos indispensables para que cualquier parque industrial obtenga su permiso de funcionamiento.

Estas vías deben tener un mínimo determinado de metros lineales con el objetivo de evitar riesgos y afectaciones a la circulación de la autopista. En el caso del carril de desaceleración, este es necesario para que los camiones puedan encausarse hacia la entrada del parque sin provocar que los vehículos que vienen detrás disminuyan su velocidad, provocando, en el mejor de los casos, un embotellamiento, si no es que un accidente en cadena o carambola.

Por su parte, los carriles de aceleración son fundamentales para que los vehículos pesados puedan, en principio, maniobrar con calma su salida, y luego conseguir que alcancen una velocidad suficiente para incorporarse a la autopista sin incordiar a los demás conductores que circulan por ella.

Es por ello que los polígonos industriales que no cuenten con estas y otras medidas de seguridad ponen en continuo riesgo tanto a sus propios choferes como a terceros que pasan sin deberla ni temerla. Al tiempo en que se estimule el desarrollo y el progreso de la economía con la creación y edificación de estos tipos de asentamientos industriales, las autoridades deben velar por la seguridad tanto de los vecinos como de las personas que utilizan y comparten las mismas vialidades.


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