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26 años del Día Internacional de la Salud Mental ¿Cómo hemos avanzado?

Por Brenda Santos Sánchez - 10/10/2020

Hace más de dos décadas que la Salud Mental intenta ser reconocida dentro de las necesidades de salud de los individuos, 26 años han pasado desde que la OMS lo reconoció como tal dentro de lo que la organización estipuló como principio de salud ¿Cómo hemos avanzado y cuáles son los principales desafíos que enfrenta?

 26 años del Día Internacional de la Salud Mental ¿Cómo hemos avanzado?

Fue en 1994 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) impulsó el Día internacional de la Salud Metal con el objetivo de concentrar la atención mundial en la identificación, tratamiento y prevención de algún trastorno emocional o de conducta destacado para ese año, para el 2020 se determinó que se centrarían en la depresión, sin embargo, la llegada de la pandemia modificó este enfoque.

Hace más de dos décadas que la Salud Mental intenta ser reconocida dentro de las necesidades de salud de los individuos, 26 años han pasado desde que la OMS lo reconoció como tal dentro de lo que la organización estipuló como principio de salud, donde también contempla el bienestar emocional y mental de las personas para desarrollar una vida plena.

Dentro de los principales avances de la salud mental en México se encuentra todo lo relacionado a la violencia doméstica, según lo comenta Juan Pablo Gualajara Valdés, maestro en psicología clínica con orientación en terapía cognitiva conductual de la Universidad Autónoma de Coahuila, quien menciona que la problemática en los hogares escaló a tal grado dentro de las problemáticas sociales que detonó en el desarrollo de investigación y el desarrollo de mecanismos de detección, intervención y seguimiento de esta problemática.

Herramientas como el “Circulo de la Violencia” o la perfilación de agresor y víctima, ha sido ampliamente estudiado en el país y gracias a la integración de fundaciones y asociaciones, este tema es atendido.

Sin embargo, esta misma problemática deja entre ver el problema estructural del sistema de salud a nivel nacional. A pesar de contar con investigaciones y especialistas en el tema, la magnitud del problema y la cantidad de personas que requieren atención, la capacidad de los profesionistas es insuficiente, lo que ocasiona un tratamiento insuficiente a la problemática y una fatiga para quienes los tratan, “fatiga por empatía” es lo que usualmente padecen los psicólogos que se dedican a este rubro, según lo menciona Gualajara.

“Actualmente en las redes sociales circula mucha información, también desinformación, pero ya se habla más del tema” reflexiona el especialista en terapía cognitiva conductual, ya que en redes sociales el tema ha cobrado especial importancia, y aunque persevera la desinformación, las personas comienzan a ser conscientes de que “algo” les está pasado, reconocen que tienen un problema, que es el primer paso para tratar alguna dolencia, de ahí puede que su próximo paso sea buscar atención psicológica.

El estigma sigue presente, aunque la cultura ha realizado sus esfuerzos por insertar el tema al escrutinio público. En 1960 el cine retrataba los padecimientos mentales con personajes trastornados y convertidos en asesinos seriales y completos desquiciados, como refiere la icónica película Psicosis del director Alfred Hitchcock, a diferencia de la actualidad donde el caso más publicitado recientemente es en la serie “Atypical”, de Netflix donde retrata la vida de un joven con autismo, aunque la serie fue señalada por seguir estereotipos, también ha sido un esfuerzo por tratar de normalizar los padecimientos mentales.

“Todavía hay mucho tabú alrededor de la salud mental, las personas no buscan soluciones eficientes para sus problemáticas, recurren a personas no calificadas, en lugar de solicitar tratamiento psicológico”. Señala Gualajara.

Otro avance notable en pro de la salud mental es la entrada en vigor de la norma 035 de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, la cual marca como una obligación patronal el bienestar emocional y psicológico de sus empleados, lo que obliga a las empresas a tomar cartas en el asunto, en mayor o menor medida.

“Algo positivo de la norma es que algunas empresas han optado por tener a un psicólogo clínico dentro de su organización para dar atención a sus empleados, lo que ayuda en gran medida a combatir el tabú en la sociedad, pues las personas tienen una figura cercana a la cual podrán acercarse” menciona Gualajara.

Además, la norma reconoce el estrés dentro de los riesgos ocupacionales, lo que brinda especial atención a un problema constante y creciente en las sociedades de economías en desarrollo, que muchas veces trabajan en condiciones de explotación, sin descansos, sin vacaciones y con un frecuente desbalance entre su tiempo dedicado a su familia y su trabajo.

Cada día se realizan más avances en el campo de la psicología o la psiquiatría, aunque México está subscrito a ello, la realidad es que la academia nacional poco ha destinado a localizar las herramientas y metodologías en el contexto mexicano.

El experto señala que el trabajo académico nacional respecto a este rubro le ha faltado realizar más investigación sobre los perfiles y las condiciones locales que afectan a los individuos, ya que, al momento de aplicar ciertas metodologías, estas no dan los mismos resultados que los obtenidos en otros países. “Falta una adaptación de estas metodologías” refiere el psicólogo.

La salud mental, como el sistema de salud en general en México padece una falta de recursos económicos, humanos y de investigación frente a una población con múltiples dolencias, para la cual, muchas veces solo puede brindar una sub atención.

El presupuesto público federal aprobado para la función Salud en México fue de 653 mil 443.15 millones de pesos para 2020, lo que representó un incremento de 4.35% respecto al aprobado en 2019. El gasto aprobado para esta función fue equivalente al 2.49% del Producto Interno Bruto.

En 2019 el presupuesto asignado para la salud mental en México correspondió al 2 por ciento del presupuesto de salud, además, según las cuentas que se tienen, (la más reciente es del 2017) y de acuerdo con la Oficina de Información Científica y Tecnología para el Congreso de la Unión, durante 2017 se destinaron dos mil 586 millones de pesos a la salud mental, de los cuales 80% estuvo destinado a la manutención de los hospitales psiquiátricos. Para prevenir, diagnosticar y rehabilitar al 17% de mexicanos que viven con estas condiciones de salud se destina el 20% restante.


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