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Jurica Poniente, el Área Natural Protegida que nunca fue

Por Staff Códice Informativo - 01/12/2019

La zona está integrada principalmente por parcelas y predios semiabandonados. La presencia de biodiversidad es mínima y, por las características del suelo, hay muy poca captación de agua

 Jurica Poniente, el Área Natural Protegida que nunca fue

Foto: Especial

En la zona norponiente de la capital existe un predio denominado Jurica Poniente (JP) que fue nombrado como Área Natural Protegida (ANP) en 2006 por el entonces Ayuntamiento de Querétaro, sin embargo, no quedó del todo claro por qué se había tomado tal determinación pues, históricamente, este espacio había servido como tierras de cultivo, así como zona de pastoreo para algunos animales.

Haciendo un recorrido por la zona, se puede observar que el predio luce con pocos árboles y con una casi nula presencia de especies animales, como lo confirma Raúl Pineda, doctor en Ciencias por la Universidad de Exeter, Inglaterra, y coordinador de la Maestría en Gestión Integrada de Cuencas de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).

El especialista explicó que lo que se encuentra en esta zona es un ejido con parcelas; en el que se puede encontrar árboles de importancia ecológica, como mezquites, pero que están en un pésimo estado, además de que tampoco cuenta con un valor hidrológico, porque la cantidad de absorción de agua es mínima debido al tipo de suelo.

En realidad son parcelas que han estado y están bajo condiciones de cultivo la mayor parte del tiempo, una que otra parcela está abandonada, pero sigue siendo un pequeño pastizal, el valor ecológico desde mi punto de vista es nulo“, precisó.

Con varios años de experiencia en el sector público, Francisco Martínez González, especialista en Ingeniería y Ciencia Ambiental, con Maestría en Planeamiento Urbano y Regional, coincide con Raúl Pineda, pues afirma que en la zona prácticamente no hay vegetación nativa; debido a esto, señala, nunca debió denominarse como ANP, pues, para ser nombrada como tal, es indispensable que haya algo que proteger: “De ninguna manera, no hay nada que proteger, cuando uno quiere cambiar el uso de suelo por algo así no sería una Área Natural Protegida, debería ser otro concepto”.

Raúl Pineda concluye que la incorporación de Jurica Poniente como ANP, desde su perspectiva, fue más por cuestiones políticas, pues el valor ecológico en relieves y vegetación que se encuentra en zonas cercanas, como la Presa del Cajón, no es el mismo que se encuentra en Jurica Poniente, zona que está conformada por 7 parcelas, de las cuáles una fue desarrollada con el proyecto Rinconada Jurica, y las restantes fueron afectadas por la declaratoria de 2006.

 

Incorporación y desincorporación

Cuando el Ayuntamiento incorporó en 2006 estas parcelas como ANP, impidió que sus dueños originales pudieran disponer de ellas, sin que hubiera un beneficio ecológico palpable.

Sin embargo, los propietarios interpusieron una inconformidad sustentada en un estudio técnico que determinó que “el predio se encuentra deteriorado, tiene presión por el crecimiento de la mancha urbana que lo está rodeando y ya no cumple con las características originales”. Por lo anterior, la justicia falló a su favor y dejó sin efecto la declaratoria.

Debido a que la zona no tiene características ecológicas que deban preservarse, y a la fuerte presión urbana, existen varios grupos interesados en desarrollar vivienda en la zona, sobre todo porque este espacio está amenazado con la llegada de paracaidistas, lo cual ha comenzado a generar asentamientos irregulares en las inmediaciones de Jurica Poniente.

Me preocupa más el desarrollo del otro lado, en donde ya hay zonas de la misma UGA (Unidad de Gestión Ambiental) que están invadidas desde hace años, y esa parte de invasión carece de cualquier regulación”, indicó Raúl Pineda.

 

Intereses particulares en Jurica Poniente

La principal oposición a que la zona se desarrolle no es por parte de las autoridades, sino de algunos vecinos de la zona, quienes están en contra de que lleguen más habitantes a Jurica, pues creen que esto afectaría su tranquilidad.

Sin embargo, para Raúl Pineda un tema fundamental a tomar en consideración es el de la densidad, pues podría llegar un desarrollador a construir muchas casas, y lo ideal es que se busque un proyecto armónico, con un reducido número de viviendas.

Actualmente, la densidad H2 que tiene la zona permitiría desarrollar aproximadamente 2 mil viviendas en la superficie de casi 50 hectáreas, lo cual sí tendría un impacto negativo para los habitantes de Jurica.

Aquí lo que nos falta es información y exigir que los proyectos de aquellos terrenos que tienen esa prebenda jurídica ya bien solucionada, se trabajen de manera adecuada”, destacó.

Raúl Pineda consideró que en todo caso si se pretende realizar un desarrollo ahí, se debe de buscar que sean un modelo equilibrado, es decir, que sea un proyecto con menos casas y tengan mayor superficie verde para que el impacto ecológico sea de cero.

 

La desinformación, el principal problema

Al transitar por Jurica Residencial pueden verse letreros afuera de las viviendas en los que los vecinos manifiestan su inconformidad para el desarrollo de este proyecto; sobre el tema, María Elisa Wolffer, presidenta de la Asociación de Colonos de Jurica, coincide en que existe una desinformación muy grande porque ninguna de las partes, tanto vecinos que se oponen como desarrolladores, se ha sentado a dialogar.

Y aunque algunas empresas sí se han tenido contacto con la asociación, los vecinos “nunca quisieron escuchar al desarrollador con la propuesta que traía. Es un desarrollador que, de entrada, se acercó con nosotros y dijo que estaba dispuesto a contribuir en obra de cabecera. Yo no sé si se deba hacer o no, yo lo único que digo es que a mí me gustaría que hubiera más desarrolladores que se acercaran y buscaran cómo construir en el entorno que pretenden desarrollar”, argumentó María Elisa.

Actualmente se tiene conocimiento de que existen varios proyectos en la zona, tanto en Jurica Poniente como en Distrito Norte, detrás de Antea, en donde desarrolladores importantes como CAISA y DRT están evaluando llevar a cabo desarrollos. Sin embargo, los detalles de las obras se desconocen, pues la mayor parte de los desarrolladores no dan a conocer estos datos hasta que tienen gestionados todos los permisos, por lo que mucha de la información que circula entre vecinos proviene de rumores y especulaciones.

Finalmente, Paola Bárcena Mapi, coordinadora de C-Lab del Tecnológico de Monterrey, que actualmente trabaja proyectos de urbanismo en Jurica, aseguró que la oposición vecinal no pasa por el tema ecológico: “la razón por la que están así no es por el valor ecológico, sino porque se abre la calle”, concluyó.

 


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