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¡Ya basta! Así protestaron el viernes cientos de mujeres queretanas (fotos)

Por Staff Códice Informativo - 18/08/2019

En el Jardín de la Corregidora, las mujeres se congregaron pacíficamente para conmemorar a las que han muerto por feminicidios

 ¡Ya basta! Así protestaron el viernes cientos de mujeres queretanas (fotos)

Fotos: Rox Romero

No la obligada a ser buena.
No la obligada a ser mala.
No la que vive
porque la dejan vivir.
No la que debe siempre
decir que sí.
Un ser que trata
de saber quién es
y que empieza a existir.
Fragmento del poema “Mujer”
ALAÍDE FOPPA

Las mujeres se reunieron, tomaron las calles y el país ardió. La exigencia era la misma en todos los estados: justicia por las violaciones sexuales, los feminicidios y un alto a las violencias que sufren a diario. En Querétaro, resonaron los nombres de Griselda, Diana, Laura, Marlene y Nancy, a quienes la mayoría de las asistentes a la marcha conocieron hasta que fueron asesinadas, cuando sus historias se repitieron una y otra y otra vez para exigir justicia.

El viernes 16 de agosto, las mujeres vistieron de negro (en sororidad con las que fueron o son violentadas): pañuelos verdes y morados, puños arriba y diamantina rosa volando sobre ellas delimitaron la escena en la Plaza de la Corregidora, donde al unísono gritaron ¡Ya basta! y ¡Ni una más, nos queremos vivas!

La convocatoria se dio luego de los tres casos de abuso sexual que sufrieron menores de edad por parte de policías de la Ciudad de México, como protesta, y para expresar el desacuerdo con el actuar de las autoridades.

En Querétaro, las mujeres se congregaron para bailar, tocar y cantar como acto simbólico de protesta por todas aquellas que ya no pudieron hacerlo; las queretanas fueron las voces de Griselda, de Laura, de Diana, de Marlene y de Nancy para exigir un alto a las violencias.

De acuerdo con datos del Instituto Queretano de las Mujeres (IQM), de enero a julio de este año fueron presentadas 2 mil 365 denuncias de mujeres que sufrieron violencia física, psicológica, económica, patrimonial o sexual.

El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) señala que, de 2015 a junio de este año, en la entidad se abrieron 21 carpetas de investigación por el delito de feminicidio (cinco en lo que va del año); sin embargo, la activista y feminista Maricruz Ocampo contabiliza más de 100 mujeres asesinadas en el mismo periodo.

***

Cuando escucho a la morena / ganas me dan de llorar / me recuerda a las mujeres / que el día de hoy ya no están.

Las mujeres escucharon atentas las letras de las canciones del grupo de Son Jarocho Flor de Cardón, que nació un 8 de marzo para manifestar, con la música, las críticas a la violencia estructural y sistemática que sufren las mujeres tanto en Querétaro como en todo el país.

A través del canto sanamos, podemos hacer la protesta y hoy ofrecemos nuestro canto para Diana y para cada una de las mujeres que somos Dianas, para cada mujer vejada”, expresó una de las integrantes.

¡Ya basta!“, respondieron coralmente las mujeres entre canción y canción.

Con 28 años de edad, Diana fue reportada como desaparecida el 19 de julio; su cadáver fue hallado el 14 de agosto en la delegación Santa Rosa Jáuregui. Su feminicidio, el último hasta ahora, causó la indignación del gremio cultural en el municipio de Querétaro, pues colaboraba en la Secretaría de Cultura.

Y las intervenciones continuaron.

Maricruz Ocampo tomó el micrófono y recordó cuando conoció a Griselda, otra víctima de feminicidio. Supo cuáles eran sus gustos, a qué escuela fue y vio las fotos de su primera comunión después de que, hace dos años, encontraron su cadáver desnudo y tirado en el piso; su marido afuera, mientras argumentaba que él la amaba, que él no la había matado y que se ahogó por borracha sin que él se diera cuenta.

Su mamá fue la que hizo la investigación, su mamá fue la que encontró los testimonios de mujeres, de vecinas, de amigas, que decían que desde los 14 años se escondía debajo de los coches para que él no la alcanzara, porque la quería golpear desde el noviazgo”, recordó.

Un día antes de la marcha, expuso la activista frente al micrófono, habló con la madre de Griselda: dos años después sigue llorando con ella porque todavía no hay justicia; dos años después sigue tomándola de la mano porque todavía está en un juicio civil para obtener la custodia de sus nietos.

¡Ya basta!, gritó Ocampo, y las voces de las manifestantes resonaron como un eco.

***

Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte”, dijo la activista dominicana Minerva Mirabal como respuesta a las amenazas de muerte del dictador Rafael Trujillo, en República Dominicana, en sus intentos por derrocarlo. Ese viernes las miles de mujeres que salieron a las calles de todo México a protestar, a quemar estaciones del metro o de policía en la Ciudad de México fueron los brazos de todas las víctimas de feminicidio, de todas las mujeres que son asesinadas cada 160 minutos en el país.

La estadística de feminicidios fue recordada por Nancy Guadalupe Morales Hidalgo, antes de morir, en una carta que envió al gobernador Francisco Domínguez Servién. En ella reveló la violencia de la que era víctima por parte de su exesposo y expresó su temor por llegar a ser “una de las mujeres que mueren en este país casa 160 minutos”. Fue asesinada el 22 de junio por impactos de bala en el municipio de Tequisquiapan.

Recordaron también a Araceli, una niña indígena de 12 años a la que, en 2016, su homicida violó en un pueblo cerca del municipio de Amealco, luego lanzó su cuerpo, con el cráneo destrozado, en un barranco. Su hermana, también menor de edad, fue quien la identificó, pues ni su madre, ni su abuela hablan español.

Araceli luchó por sobrevivir durante nueve días en el Hospital del Niño y la Mujer. El feminicidio fue sentenciado el 19 de julio pasado a 20 años de prisión.

Tenemos huérfanos, tenemos niñas que le han quitado el cuchillo de la mano a su padre cuando está matando a su mamá. Ese es el caso de Alejandra, su hija de 15 años fue la que encontró a su papá apuñalando a su mamá después de que él entró a su cuarto y le dijo: perdóname por lo que voy a hacer, y lo sentenciaron a 17 años de prisión”, recordó la activista Maricruz.

¡Ya basta!, repite, y con ella todas las chicas de negro que alzan también el puño.

***

Te imagino y las lágrimas son ácido / Con todo el horror que arqueabas los pies / Con toda la carne temblando en la pelvis / La espalda / Los dientes / Las uñas / Las ingles / La garganta / Las sienes / La espina /La mirada / Cada poro de tu piel se sellaba / Y con ellos la mirada / Tu mirada / Mi mirada / Nuestras miles de miradas / Tu amor era abismal / Y solamente un hombre sabe dónde está / Maldito su nombre / Maldita fue su infancia / Maldita fue su madre abusada / Maldito el padre del maldito / Malditas nosotras / A causa siempre de los malditos.

Las tertulias feministas, un grupo de mujeres que se reúnen el último viernes de cada mes leyeron su manifiesto. Luego otra activista tomó el micrófono. Contó cuando dio acompañamiento a una joven de 18 años que había parido un mes atrás.

La tuve en casa porque la policía no quiso levantar una denuncia contra el hombre que la golpeó, que la violó porque su segundo hijo era el producto de una violación, y que la dejó moribunda con el bebé también tirado en el suelo con una lesión en el cráneo. El gobierno no quiso hacer nada”, relató para luego agregar que “Nuestro cuerpo es nuestro, aún en un matrimonio o en una relación, nosotras tenemos la capacidad de decir no”.


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