Prepárate porque el 20 de julio llegarán los “pleyadianos”

¿Qué pensarías si alguien te dijera que hay una federación intergaláctica de civilizaciones y que sus miembros buscan incorporar a la Tierra y, con ella, al género humano? Seguro suena a Star Wars o al guión de una película de superhéroes. El hecho es que miles de personas en todo el planeta, sobre todo entre quienes suscriben a doctrinas del tipo “new age”, lo creen como una verdad y no solo eso sino que, según ellos, los alienígenas nos visitarán el 20 de julio para evaluar si nos aceptan o no en el Consejo Galáctico.

¿Dónde surgió toda esta locura? La culpa, si le podemos llamar así, tenemos que buscarla en el estado de Minas Gerais en Brasil, donde en 1910 vio la luz el “profeta” y espiritista Francisco Cándido Xavier, mejor conocido como Chico Xavier. A lo largo de su vida, Xavier realizó numerosas “profecías” sobre acontecimientos relacionados con el “despertar espiritual” de la humanidad.

De acuerdo con su visión, que según él fue revelada por entidades “superiores” similares a ángeles, el ser humano desciende de una raza alienígena que quedó atrapada en la tierra hace millones de años. Esta raza, conocida como “reptilianos”, construyó numerosas bases en el subsuelo terrestre, donde desarrolló tecnología genética. Uno de estos experimentos, que se habría ejecutado sobre simios, tuvo como resultado la creación de la humanidad, que originalmente habría sido esclava de estas entidades.

Por esta razón (la intervención genética reptiliana), Chico Xavier decía que la humanidad tenía tendencias agresivas y que, para trascender y liberarnos del yugo reptil, necesitábamos cultivar la armonía y evitar la devastación nuclear que, en la época en la que escribió, era una de las principales amenazas para el género humano.

El 20 de julio de 1969, durante el auge de la psicodelia y del denominado “acuarismo” (creencia de que la humanidad entraba en una nueva etapa conocida como “la era de Acuario”), el espiritista brasileño tuvo una revelación en la que se le indicó que la humanidad tenía 50 años exactos para evitar la catástrofe nuclear si quería formar parte del Consejo Galáctico. Entre las ventajas de pertenecer a dicho consejo, estaba el intercambio de tecnología con potencias interplanetarias y la eliminación definitiva de la raza reptiliana.

Con estos dos elementos, sostenía Chico Xavier, la humanidad tendría posibilidades de alcanzar un nuevo estado de “consciencia” y trascender a la llamada “cuarta dimensión”. De lo contrario, permaneceríamos a merced de los reptiles y sus aliados, los grises, a quienes los ufólogos responsabilizan por las espeluznantes historias sobre abducciones y otros fenómenos paranormales.

Para evaluar a la humanidad y considerar su incorporación o no al consejo, ésta sería visitada por entidades alienígenas provenientes de las pléyades, las cuales, en el imaginario judeo-cristiano, serían el queivalente a los ángeles.

Este tipo de creencias se han mantenido vivas en diferentes subculturas durante los últimos cincuenta años. Muchos integrantes del movimiento hippie y seguidores de la psicodelia se entregaron finalmente a estas doctrinas y hoy creen necesario hacer conciente a la humanidad para evitar una catástrofe.

Por más que obvias razones, la ciencia no considera serias las promesas de que los “hermanos galácticos” vendrán a salvarnos de nuestras propias tendencias autodestructivas. La religión organizada, por otra parte, mira con sospecha este tipo de movimientos e incluso llega a sugerir que tras las “Buenas intenciones” de los pleyadianos, podría ocultarse el mismísimo Anticristo.

En ciencia, se conoce como exobiología al conjunto de disciplinas enfocadas en buscar vida fuera de la Tierra. No obstante, la exobiología real, que incluye investigaciones como el afamado y polémico Proyecto Seti, está muy lejos de poder hablar sobre pleyadianos o reptiles ancestrales. Hasta ahora, los resultados más sorprendentes presentados por exobiólogos hacen referencia a fósiles de bacterias en marte y a fragmentos de ADN localizados en algunos cuerpos espaciales (lo cual no debería soprendernos, pues incluso los virus son fragmentos de ADN).

No obstante, creencias como la de la invasión alienígena o la visita de “los pleyadianos“, adquieren fuerza entre múltiples sectores de la población, sin que hasta el momento pueda explicarse la causa. Algunos investigadores, como el filósofo esloveno Slavoj Zizek, consideran que estas creencias apocalípticas son constantes entre la humanidad porque reflejan el desencanto con el capitalismo tardío y la progresiva destrucción del medio ambiente. En otras palabras, ofrecen una vía de escape ante lo que se percibe como un entorno cada vez más hostil y amenazador para la vida.

Prácticas como el consumo reiterado de drogas psicodélicas y la presunta “pérdida de sentido” que caracteriza al capitalismo tardío, propician este tipo de ideas entre la población. El hecho es que la verdad pareciera ser algo cada vez más fragil y la duda, una constante, como lo reflejan las teorías de la conspiración y la idea de que, pase lo que pase, el 20 de julio, es decir, en solo cinco días, llegarán los pleyadianos a nosotros.