“En Querétaro, 220 niños realizan trabajo infantil”: DIF

En el municipio de Querétaro, alrededor de 220 niños de entre tres y 17 años de edad realizan actividades de trabajo infantil en los cruceros de la zona urbana, indicó Blanca Castañeda, coordinadora del programa “Protección a la infancia en riesgo social”, del DIF municipal.

La funcionaria indicó que, de acuerdo con un estudio de Censo y mapeo que se realizó en colaboración con la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ),  el número de niños de origen otomí disminuyó respecto al último Censo realizado en 2016, aunque incrementó el de menores provenientes de Chiapas, Guerrero, Estado de México y Oaxaca los cuales se dedican, principalmente, a realizar malabares en semáforos de la ciudad.

“Lo que llama la atención ahora es que hay una disminución de esta población (otomí), pero ha habido un aumento muy significativo de población chiapaneca; hay una situación en el país que impulsa a estas familias a venirse para acá. La población chiapaneca se caracteriza por traer niños muy chiquitos, hacen malabares y es complicado porque no acceden a recibir atención del municipio en cuanto a atención para sus hijos”, explicó.

El Módulo Trabajo Infantil 2017, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), señala que, a nivel estatal, la población ocupada de entre 5 y 17 años de edad es de 22 mil 784. De esta cifra, 18 mil 743 (82 por ciento) menores trabajan sin permiso expedido por la Secretaría del Trabajo, pues 13 mil 831 están en una ocupación peligrosa y 4 mil 912 están por debajo de la edad permitida.

En marzo de este año, el entonces titular de la Secretaría del Trabajo del estado, José Luis Aguilera Rico, afirmó que la entidad avanzó del lugar 22 al cuarto en cuanto a los estados que abaten el trabajo infantil, pues en ese momento se emitían hasta 120 permisos temporales para laborar a menores de edad, principalmente en periodo vacacional.

La problemática

De acuerdo con los resultados del estudio, que será presentado a principios de agosto, una de las principales causas del trabajo infantil es la pobreza estructural. El trabajo infantil, además, “constituye una práctica violatoria de los derechos de niñas, niños y adolescentes que afecta su desarrollo físico, psicológico y su dignidad, y les genera graves consecuencias en su futuro“, según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

“Eso tiene que ver con muchos otros factores. Un niño que está trabajando y por ganar cierta cantidad de dinero al día o a la semana deja de estudiar, va a crecer teniendo muy pocas posibilidades de integrarse de una manera productiva a la sociedad”, expuso.

Los efectos del trabajo infantil

Castañeda explicó que la problemática del trabajo infantil trae consigo efectos que impactan de manera muy profunda en el desarrollo de la personalidad de los niños que se encuentran en esta situación.

“Cuando los niños llegan aquí (a los Centros de Día) se les hace un estudio médico. Es muy común verlos con problemas de audición, enfermedades de la piel. Una de las cuestiones más importantes en su desarrollo cognitivo encontramos características de déficit de atención porque al estar en un crucero deben estar muy al pendiente para que no los atropellen, lo cual impacta de manera muy negativa en su desempeño escolar y en que se puedan concentrar para hacer las tareas en la primaria o secundaria”, detalló.

Aunque la funcionaria recomienda a la población no apoyar a los niños y evitar darles una moneda o una botella de agua, también reconoce que el hecho de la exclusión social que se genera desde el momento de subir el vidrio del coche a uno de estos niños, adelantar el auto o no tener contacto visual con ellos, son factores que provocan efectos nocivos en su desarrollo y en su integración social.

Asistencia a la escuela

Las estadísticas del INEGI indican que, de los 18 mil 743 menores de entre cinco y 17 años de edad que trabajan sin permiso en el estado de Querétaro, el 65 por ciento (12 mil 312) no asisten a la escuela.

Para combatir el problema, señaló Castañeda, el DIF municipal de Querétaro mantiene programas como el que se realiza en los Centros de Día, donde buscan garantizar la escolarización de los niños, además de generar pláticas y acercamiento con las familias para concientizarlos de la importancia de que sus hijos estudien.

La funcionaria aseguró que, aunque es difícil establecer una cifra exacta, alrededor de 50 por ciento de los jóvenes que ingresan a los Centros de Día logran concluir la secundaria y comienzan sus estudios de bachillerato; sin embargo, desconocen si concluyen la preparatoria.

“Ahorita tenemos chicos que estamos impulsando y acompañando para que entren al COBAQ y salgan de la prepa y puedan, de alguna manera, continuar su desarrollo y su integración académica y escolar lo más que se pueda porque ahí son las bases para poder cambiar estos modelos culturales y patrones de vida que muchas veces vienen en cadena”, expuso.

No obstante, también reconoció que los niveles de deserción escolar son muy altos como consecuencia del bajo desempeño académico porque les cuesta mucho trabajo poner atención.