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Escasez de vivienda y especuladores de suelo, consecuencias de una “ciudad dispersa”

Por Staff Códice Informativo - 14/01/2019

“El 35 por ciento de la zona ya urbanizada de Querétaro está completamente vacía, lo cual habla de una política equivocada de ordenamiento”, explicó el urbanista Gabriel Ballesteros

 Escasez de vivienda y especuladores de suelo, consecuencias de una “ciudad dispersa”

Foto: Archivo

El urbanista Gabriel Ballesteros consideró que la política de expansión urbana que ha caracterizado a Querétaro en los últimos 20 años ha provocado que se convierta en una ciudad con serios problemas de ordenamiento, alejándose cada vez más del concepto de Ciudad Compacta.

“El 35 por ciento de la zona ya urbanizada de Querétaro está completamente vacía, lo cual habla de una política equivocada de ordenamiento”, puntualizó el maestro en arquitectura y nuevo urbanismo por el Tecnológico de Monterrey.

Para comprender el fenómeno, el urbanista explicó los tres factores que provocan una ciudad dispersa o extendida, todo lo contrario a una ciudad compacta.

“La ciudad desordenada presenta tres problemas y el primero de ellos es la falta de suelos económicamente viables para la construcción de vivienda, lo cual provoca que el sector industrial busque suelos fuera de la urbe, en el ejido, lo que a su vez genera que aquellos suelos destinados para la agricultura se integren a la ciudad”, puntualizó.

Ese primer factor provoca que se genere un problema de expansión urbana y como no hay vivienda disponible, surge un segundo fenómeno, que son los asentamientos irregulares en suelos agrícolas.

El tercer fenómeno, abundó Ballesteros, son los especuladores del suelo, aquellos que compran espacios sin invertir en ellos y esperan a que el desarrollo urbano los alcance.

“De esa manera lo que los especuladores compraron en 20 pesos por metro cuadrado, sin invertir prácticamente nada, algunos años después lo venden hasta en mil pesos el metro cuadrado”, dijo.

Al respecto, agregó que la opción de que las ciudades se desarrollen de manera vertical lleva por sí mismo a un crecimiento urbano ordenado.

“Dice ONU/Hábitat que al año, una ciudad con un ritmo demográfico normal debe incorporar entre 50 y 100 hectáreas de suelos a la urbe, pero nosotros en cada cambio de uso de suelo se incorporan 300 y hasta 500 hectáreas”, enfatizó.

Al respecto, refirió que si se hace una sumatoria, es posible que en Querétaro haya hasta 24 mil hectáreas con cambio de uso de suelo, vacías y en proceso de especulación urbana.

De ahí que la ciudad compacta es el conjunto de equipamientos, áreas verdes, viviendas y demás, que se encuentra debidamente conectado a diferentes escalas económicas donde por ejemplo, en la planta baja de un edificio haya locales comerciales, en la planta media haya viviendas y en la planta alta haya despachos.

“Avenida Zaragoza y avenida Ezequiel Montes son en ciertos tramos un ejemplo de ello, pero lo que no queremos en Querétaro son los claustros de centro sur, esos cluster de vivienda monofuncional”, expresó.

Gabriel Ballesteros propuso que la autoridad municipal incentive a los desarrolladores para que cuando adquieran un suelo de dos mil o res mil pesos por metro cuadrado, tengan un beneficio fiscal.

También es necesaria una política previa de densificación y que antes de desarrollar un espacio urbano, se analice el impacto que tendrá a la infraestructura eléctrica, drenaje pluvial, carga vial, paso de agua potable, etcétera.


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