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Germán Madrazo, el queretano que llegó en último lugar, pero que se robó el corazón de los Juegos Olímpicos

Por Staff Códice Informativo - 16/02/2018

A pesar de llegar en último lugar, el queretano nunca dejó de sonreír, lo que provocó que sus compañeros lo cargaran en hombros al cruzar la línea de meta

 Germán Madrazo, el queretano que llegó en último lugar, pero que se robó el corazón de los Juegos Olímpicos

Foto: REUTERS/Murad Sezer

El queretano Germán Madrazo se convirtió en el ícono olímpico de la jornada tras cruzar en último lugar la línea de meta al concluir su participación en la competencia de 15 kilómetros en esquí de fondo en los Juegos Olímpicos de Invierno que se celebran en Pyeongchang, Corea del Sur.

Pese a ser el último participante, Germán tenía una sonrisa enorme surcando su rostro conforme se acercaba a la línea final; a escasos metros de la meta, un espectador le dio una bandera de México, la cual cargó orgulloso hasta que concluyó su participación.

Una vez concluida su jornada, los demás participantes se acercaron a felicitarlo e incluso lo tomaron en hombros, momento que Madrazo aprovechó para ondear la bandera en todo lo alto, lleno de un espíritu de alegría que pronto contagió a todos.

Las cámaras de los medios captaron estos momentos y pronto se volvieron virales a través de las distintas redes sociales: eran el reflejo ideal del espíritu que encarnan los juegos olímpicos, la hermandad entre las naciones.

Madrazo no tenía pocas razones para celebrar de la forma en que lo hizo: apenas un año antes comenzó a esquiar, motivado por la poca presencia de mexicanos en las competencias de juegos olímpicos invernales.

Previo a sus entrenamientos para esquiar, el queretano no era propiamente un amateur en los deportes, pues por muchos años se especializó en triatlón, sin embargo, abandonó todo por su sueño.

German compartió en sus redes sus más profundas motivaciones, cuando por fin logró calificarse a la competición en Pyeongchang:

“Un joven chico una vez soñó convertirse en un competidor olímpico, y su mejor amiga en todo el mundo le dijo que podría lograrlo si lo deseaba lo suficiente. Pero entonces ella murió. Y el chico le prometió que un día se convertiría en un competidor olímpico (…) Hoy ese chico está orgulloso de anunciar que, tan solo después de 30 años de lucha, ha sido seleccionado para representar a su país, México, su ciudad natal Querétaro y su pequeña comunidad The Rio Grande Valley en los Juegos Olímpicos de Invierno! ¡Nunca dejes de soñar, nuca dejes de creer, nunca dejes de luchar!”


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