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La esclavitud moderna, una crisis global

Por Staff Códice Informativo - 18/10/2017

Milena, Catalina, Valentina, Irina, Karla, Laura. Son algunos de los nombres que aparecen en internet al teclear la búsqueda «relatos sobre víctimas de trata de […]

 La esclavitud moderna, una crisis global

Foto: Archivo

Milena, Catalina, Valentina, Irina, Karla, Laura. Son algunos de los nombres que aparecen en internet al teclear la búsqueda «relatos sobre víctimas de trata de personas». Ubicadas en distintos puntos del mundo, las historias de estas personas poseen aristas en común: una actividad para el enganche, medios comisivos de sometimiento y finalmente la explotación. «Tenía 16 años cuando aceptó la propuesta de un amigo de la familia para realizar un viaje, y al cabo de unos días recibió un pasaporte, un visado y un boleto de avión. Al llegar a su destino, se encontró con que no sería camarera, sino prostituta; para asegurar su estancia, los tratantes le quitaron el pasaporte y amenazaron con castigarla si se negaba a obedecer, o intentaba escapar». Esta es una de las historias más recurrentes.

La trata de personas es un tema difícil de abordar, sin embargo es necesario hacer hincapié en esta problemática y educar para prevenir. El Protocolo de las Naciones Unidas para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, Especialmente Mujeres y Niños define este delito como «la acción de captar, transportar, trasladar, acoger o recibir personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción». Además de esto, incluye el rapto, fraude, engaño o abuso de poder con fines de explotación sexual, trabajo forzado, prácticas análogas a la esclavitud, servidumbre forzada y extracción de órganos.

También conocida como la ‘esclavitud moderna’, la trata de personas es el segundo negocio ilícito más redituable, después del narcotráfico. De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, alrededor de 21 millones de personas son víctimas del trabajo forzoso: 11.4 millones de mujeres y niñas, y 9.5 millones de hombres y niños. Cerca de 19 millones de víctimas son explotadas por individuos o empresas privadas, de este total, 4.5 millones ejecutan trabajos forzosos en la industria minera, como maleteros, soldados o esclavos, y más de 2 millones son obligados a laborar por el estado o grupos rebeldes. Las ganancias generadas por estas actividades ascienden a 150 millones de dólares al año. Las mujeres y niñas tienden a ser víctimas de trata de personas con fines de explotación sexual o matrimonios forzados. El 28 por ciento de las víctimas detectadas a nivel mundial son niñas y niños originarios, principalmente, de regiones como África subsahariana, América Central y el Caribe.

La esclavitud moderna no distingue raza, edad, género o religión, y cabe señalar que, pese a que la esclavitud como tal fue abolida a nivel mundial en 1948, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas concretó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en 2014 fue necesario firmar otro acuerdo en contra de la trata de personas. En el trayecto, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) adoptó un Plan de Acción Mundial para Combatir el Tráfico de Personas, en el que urgió a los gobiernos internacionales a integrar una lucha contra la trata y a reforzar la seguridad mundial, así como a establecer un Fondo Voluntario Fiduciario para las víctimas del tráfico, sobretodo mujeres y niños, quienes son especialmente vulnerables, a fin de facilitarles asistencia y protección a través de organizaciones no gubernamentales.

La UNODC señala que la trata de personas y los flujos migratorios pueden confluir en los países de destino; factores como la presencia de la delincuencia organizada transnacional en el país de origen y el perfil socioeconómico de la persona migrante pueden incidir en el incremento de la situación de vulnerabilidad frente a la trata de personas. En este sentido, países como Francia han prohibido la realización de cualquier acto sexual que sea impuesto por dinero, descriminaliza a las personas prostituidas, involucra al conjunto de la sociedad en su cumplimiento, e incluye la puesta en marcha de políticas nacionales de salida de la prostitución.

 

Cifras en México 

Nuestro país no se encuentra exento de esta situación. De acuerdo con Rosi Orozco, presidenta de la Comisión Unidos Contra la Trata A.C., alrededor de 450 mil personas en México han sido víctimas de trata. Esta cifra se ve reforzada con la información aportada por la ONUDD pues, hacia 2012, México fue catalogado como un país de origen, tránsito y destino en cuestiones de explotación sexual y trabajo forzado.

Las víctimas son, en su gran mayoría, indígenas y migrantes, por lo que comparten situaciones de vulnerabilidad como pobreza, baja o nula escolarización, falta de oportunidades laborales, exclusión, marginación, abandono familiar y violencia. Orozco afirma que la finalidad última de este delito es la explotación, la cual se presenta en modalidades como la esclavitud, explotación laboral, servicios forzados y actos ilícitos, y agregó que la situación se perpetra por el contexto de corrupción que existe en el país. Detalló que uno de cada seis hombres compra seres humanos, mientras que las ganancias de los hoteles en la zona de tolerancia (a la prostitución) en la Ciudad de México, por ejemplo, asciende a 38 mil 325 millones de pesos.

Recientemente, diversas organizaciones sociales agrupadas en Hispanics in Philanthropy (HP) detectaron 19 rutas de trata de personas en México, las cuales se encuentran esparcidas en 94 municipios. Factores como el flujo migratorio, la violencia, la presencia de crimen organizado y la existencia de rutas férreas, facilitan el ‘enganche’ de víctimas; los destinos de estas trazas son principalmente los estados de Baja California, Chihuahua, Coahuila, Quintana Roo, Nuevo León, Tabasco, Tlaxcala, Yucatán, Puebla, Veracruz, Zacatecas, Jalisco, Aguascalientes, Guanajuato, San Luis Potosí, Ciudad de México, Oaxaca, Querétaro y Chiapas. 

Al respecto, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), en su último reporte, informó que de 2012 a 2015 se identificaron 2 mil 843 víctimas de trata de personas en todo el país. El 93 por ciento de ellas fueron mujeres y el 6.1 hombres, mientas que un 26.5 por ciento fueron menores de edad; el 87.9 por ciento de las víctimas eran mexicanas, y el 8.4 por ciento extranjeras. Desde 2012 existe la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas, sin embargo, no todos los estados han armonizado sus leyes, situación que resulta preocupante, pues el número de casos se encuentra a la alza.

Leer una historia, preocuparse por unos minutos y, posteriormente, olvidar la situación. Ese es el tratamiento que gran parte de la sociedad le da a esta situación, sin embargo la trata de personas es una problemática global que se ve en ascenso. La explotación o el abuso sexual violan normas y reglas jurídicas internacionales universalmente reconocidas, no es necesario ser experto para saber que las víctimas son vistas como mercancía por los tratantes, y que los ‘clientes’ forman un papel fundamental en el proceso, pues son quienes, a través de la oferta y la demanda, fomentan este delito equiparable al asesinato, la violación sexual, y el secuestro.


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