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Comunidad Terapéutica Rizoma, un espacio para la salud mental

Por Staff Códice Informativo - 15/10/2017

Localizado a dos cuadras de la Plaza Principal de La Cañada, el espacio ofrece acompañamiento terapéutico para quienes no pueden acceder a otros servicios de salud mental

 Comunidad Terapéutica Rizoma, un espacio para la salud mental

Foto: Aurora Vizcaíno

A dos cuadras de la Plaza Principal de La Cañada, cabecera municipal de El Marqués, está la Comunidad Terapéutica Rizoma, un espacio dedicado a procurar servicios de salud mental para quienes no cuentan con recursos para un tratamiento regular.

Con un enfoque que busca la reinserción social de quienes se ven aquejados por algún malestar psiquiátrico, en la comunidad Rizoma se trabaja desde el “acompañamiento terapéutico” y se ofrece a los pacientes no solo la oportunidad de rehabilitarse sino también la de tomar talleres en diversas disciplinas artísticas y de desarrollo personal.

En Rizoma también trabajamos por medio del arte y la creatividad“, explica la psicóloga Karla Lugo, una de las iniciadoras del proyecto “Empezamos a atender a pacientes que tenían esquizofrenia. Antes, el protocolo era que fueran al CESAM y empezaran ahí su tratamiento farmacológico, pero nos damos cuenta de que uno, eso tiene un coto muy alto y dos, no vas a llegar a una estabilidad emocional solo con medicamento. Entonces enfatizamos mucho esta parte de recomponer el lazo social y trabajamos con acompañamiento terapéutico”.

De acuerdo con Lugo, quien es egresada de la Universidad Autónoma de Querétaro, Rizoma surgió debido a la falta de espacios para la salud mental en la entidad. La idea es dar atención pero sin recurrir al internamiento, pues, a decir de la psicóloga, éste no garantiza la correcta inserción de quienes padecen trastornos psiquiátricos.

En este sentido, Aylen Corín, una terapeuta de la expresión corporal que también colabora con Rizoma, explicó que otro pilar de la comunidad es la noción de que, para reintegrar a un paciente, es indispensable contar con una perspectiva comunitaria, pues la enfermedad mental no se genera sola, sino que obedece a factores sociales.

Para ejemplificar esto, Corín enfatizó la importancia de factores como el género para tratar la salud mental, pues existen padecimientos, incluso físicos, que derivan de las formas de socialización que se consideran “normales” de acuerdo con el género de los pacientes.

Hay enfermedades que atienden, por ejemplo, a cuestiones de género. Mujeres con anemia porque comen al final. Hombres con padecimientos cardíacos porque los enseñan a reprimir sus sentimientos (…) Hay mucho el estigma de la enfermedad y la salud como opuestos. No puede haber un tratamiento individual que no considere a la sociedad. Hay trabajo grupal, que se hace con talleres y trabajo terapéutico de acompañamiento.”

Desde la perspectiva de Corín, en Querétaro las cuestiones relativas a la salud mental han seguido un camino sinuoso, pues no siempre se comprende la importancia de que existan centros enfocados en este tipo de padecimientos.

Querétaro es una sociedad que se ha caracterizado por ser una sociedad bastante negadora de este tipo de problemas. Para que te des una idea, hubo resistencia cuando se creó la Facultad de Psicología. Decían que no hacía falta porque no había locura en Querétaro. Entonces hace falta para empezar visualizar los problemas que son muchos y que tienen causas sociales“.

Para subsanar estas situaciones, en Rizoma no solo se ofrece acompañamiento terapéutico, sino que también se realizan actividades enfocadas en situaciones como la violencia de género.

Un ejemplo de ésto, fue el Festival de Mujeres Rizomáticas, que se llevó a cabo del 12 al 14 de octubre y en donde se ofrecieron talleres, conferencias, conversatorios, conciertos y productos para la salud de las mujeres.

Además de estas actividades, la Comunidad Terapéutica Rizoma se vincula con otras instancias para generar espacios que redunden en beneficio de la salud mental. Tal es el caso de los conversatorios para mujeres que ofrecen en el Café del Fondo, donde se escucha a quienes viven situaciones de violencia.

Una consulta en rizoma tiene un costo de 300 pesos la sesión para quienes cuentan con recursos suficientes. Con este dinero, no solo se sostiene la comunidad sino que se financia el tratamiento de quienes no pueden acceder a un servicio sistemático de salud mental debido a su situación económica.

Una consulta normal cuesta 300 pesos, pero quienes no pueden pagar el servicio son atendidos. Aprovechamos que hay quienes pueden pagar eso y hacemos un equilibrio con los que no pueden pagar. Hay quienes pueden pagar 50 pesos por sesión y los aceptamos. No hemos dejado a nadie sin atención por cuestión económica“, enfatizó Karla Lugo.

Respecto al futuro de la comunidad terapéutica, cuyo trabajo comenzó hace dos años y medio, Aylen Corín señaló que esperan que se les sumen otras personas con sus propuestas y que el espacio está abierto para cualquiera que esté en condiciones de contribuir a un clima donde la salud mental se trate desde lo comunitario.

Quiero invitar a que se sumen otras personas con sus propuestas, que se sientan bienvenidos y nos aporten propuestas (…) Estamos viviendo tiempos muy violentos, estamos atravesados por la violencia, el miedo y la angustia. Nosotros eso lo tratamos y lo enfrentamos en comunidad“, sentenció.

 

 


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