Sacerdote apuñalado en la Catedral de México en mayo presenta muerte cerebral
Personal médico del Hospital General de Tehuacán había informado que el sacerdote estaba sumamente delicado debido a un problema intestinal de carácter infeccioso, lo que provocó inflamación del cuerpo, presión baja y distensión del intestino
Foto: Archivo
EFE
El sacerdote José Miguel Machorro, quien fue apuñalado el pasado 15 de mayo en la Catedral Metropolitana de Ciudad de México por un individuo desquiciado, “presenta un cuadro de muerte cerebral“, informó hoy la Arquidiócesis de México.
La cúpula católica del país indicó en un comunicado que la doctora Elida Roque, de la Unidad de Terapia Intensiva del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, dio a conocer la condición de Machorro, ante la cual “únicamente se espera que el corazón del paciente se agote y deje de latir“.
De acuerdo con el boletín, el parte médico ofrecido a las 20.15 hora local del miércoles 02 de agosto, se apoya en los estudios neurológicos que le fueron practicados al religioso.
Recordó que el 1 de agosto Machorro abandonó el Hospital General de Tehuacán, Puebla, para ser trasladado en helicóptero al nosocomio ubicado en Ciudad de México.
El objetivo del traslado fue que el cura “fuera atendido de problemas de desnutrición que presentaba, y posteriormente ser atendido a nivel neuronal, donde se encontraba la raíz de las complicaciones de salud que registraba últimamente“.
Personal médico del Hospital General de Tehuacán había informado que el sacerdote estaba sumamente delicado debido a un problema intestinal de carácter infeccioso, lo que provocó inflamación del cuerpo, presión baja y distensión del intestino al punto de la parálisis.
Además presentaba problemas de riñón producto de las heridas que sufrió el 15 de mayo al ser víctima de un ataque a manos de un individuo llamado Juan René Silva Martínez, cuando terminaba de oficiar misa en la Catedral Metropolitana.
El atacante, que apuñaló el religioso en cuello y torso, fue detenido y sometido a una revisión psiquiátrica que concluyó que presentaba un cuadro de psicosis, por lo que fue enviado a la única cárcel de la capital con un pabellón para este tipo de enfermos, el Reclusorio Sur de la Ciudad de México.
