Juntos, pero no integrados y sí revueltos

Por: Karla González

Conozco a dos urbanistas a quienes considero altamente profesionales, expertos en el tema de sistemas de transporte, y que, además, todos los días hacen algo para trascender. Hablo de Saúl Obregón Biosca, doctor y maestro en Vías Terrestres de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), y Yanet Lezama López, quien trabaja en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y es el cerebro operativo de la asociación ciudadana Saca la Bici. Con estos personajes platico constantemente sobre el sistema de transporte y la movilidad en Querétaro, principalmente. A la fecha, el balance en el estado con respecto al tema de movilidad es positivo, aunque no el óptimo por falta de sinergia entre los proyectos que llevan municipio y estado, respectivamente.

La falta de consenso con la ciudadanía, de estudios profundos y de trabajo cercano con el gobierno del estado fueron las causas que, a decir de Saúl Obregón, ocasionaron que uno de los primeros proyectos a implementar por parte de la actual administración municipal se viniera abajo con la cancelación de la instalación del sistema de parquímetros, los cuales son parte fundamental para el buen funcionamiento del sistema de transporte. «Faltaron estudios de fondo que arrojaran datos exactos sobre economía de la zona, calles viables para su instalación, socialización y quizá alguna campaña sobre los beneficios de estos aparatitos de recaudación municipal», me dijo el doctor Saúl en una amena plática.

Los esfuerzos en esta materia por parte de nuestras autoridades no son aislados, sin embargo, hace falta un ingrediente clave para que los proyectos funcionen y sean eficientes a largo plazo: unificación.

Como en todas las ciudades mexicanas, el sistema de transporte de Querétaro recae en un panorama complicado. En orden de mayor a menor importancia: la carencia de educación, cultura y respeto vial; y una ciudad dispersa, que equivale al constante incremento de la tarifa del transporte público y a la falta de infraestructura que pondere otros modos de traslado. Hasta hace cuatro años, el estado destinaba solo el cinco por ciento del presupuesto a infraestructura vial para la movilidad no motorizada, según cifras del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

Querétaro y sus habitantes no debemos quedarnos atrás, tenemos que atrevernos a salir de la zona de confort y trabajar a la par, o desde otro punto, con los gobiernos, más si es en favor del buen funcionamiento del sistema de transporte para mejorar la calidad de vida. ¿Qué caso tendría que cambien unidades de servicio público, se adecuen carriles para el transporte y haya indexación en las tarifas, si quienes transitamos diario por las vialidades no cuidamos lo que pagamos con nuestros impuestos, si como automovilistas no respetamos las normas viales, como peatones no respetamos las zonas de ascenso, descenso y cruce, y como ciclistas circulamos en sentido contrario al tránsito vehicular?

Si queremos ver cambios en la ciudad y presionar a las autoridades, contribuyamos. La participación ciudadana en las acciones del estado o municipio, impacta directamente en el desarrollo de Querétaro. Así que, avanzamos o nos estancamos, ¿qué prefieres?

Plan de Movilidad segregado y recortado

«La Secretaría de Movilidad Municipal estaría integrada por personal del área de tránsito y vialidad de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, la cual separaría vialidad y seguridad pública, donde se fomente un plan de movilidad a 20 años», dijo el presidente municipal Marcos Aguilar Vega el 23 de abril del 2015. Es decir, que para el 2035, el Plan de Movilidad del municipio sería funcional.

El 23 de septiembre del 2016 fue presentado el Plan de Movilidad a 10 años y la inversión que conllevaría, de 15 millones de pesos. En aquel entonces las autoridades municipales se centraron en exponer el sistema de bicis compartidas, a través de la recaudación de los parquímetros. En teoría, por el costo del Plan Estratégico de Movilidad, este debía ser el más completo de todo el país. Saca la Bici A.C. solicitó en reiteradas ocasiones el plan maestro de movilidad para evaluarlo, sin embargo no hubo respuesta. Fue hasta el 25 de abril de 2017 que, por segunda vez, fue expuesto el Plan de Movilidad al 2026, que ya no es 20 años, como se había mencionado en campaña, sino a nueve.

Por otro lado, hace varios años la UAQ aplicó 700 mil pesos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) para estudiar la zona metropolitana de Querétaro (ZMQ). Los datos obtenidos sirvieron para evaluar el comportamiento histórico de la movilidad en la ZMQ, y a partir de estos se propusieron políticas públicas para cambiar la forma de transportarnos, pero según declaraciones de catedráticos de la UAQ, hubo caso omiso por parte del municipio al momento de la integración.

Querétaro disperso

Con el transcurso de los años se ha confirmado que Querétaro fue una ciudad mal planeada. No se diseñó con funcionalidad a futuro, se autorizaron desarrollos habitacionales en las periferias de la ciudad, lo cual potencializó el uso del automóvil y orilló a incrementos constantes al precio del transporte público por el consumo de gasolina, entre otros factores.

Existen zonas monofuncionales en el municipio que implican poco más de una hora para trasladarse de un punto a otro. Para ‘hacer’ una ciudad compacta, habría que, desde mi punto de vista, reconstruir la ciudad y eso es imposible, sin embargo, lo que sí se puede hacer es diseñar un sistema de transporte para todo el estado, que le de la opción al ciudadano utilizar distintos medios a un costo asequible, que sean de calidad, puntuales, cómodos, rápidos, pero sobre todo seguros.

Sabemos que Querétaro no es la excepción en el tema de movilidad, todas las ciudades mexicanas deben modificar paradigmas y propiciar una cultura y respeto vial que les ayude a mejorar la calidad en sus traslados. La participación ciudadana en este y todos los proyectos, es lo que definirá el futuro y la armonía de nuestra ciudad.

¡Te veré pedaleando!