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Mexicanos, buenos para pedir prestado, mejores para pagar

Por Raúl Mendoza Bustamante - 22/03/2017

Debo no niego, pago no tengo, es un dicho popular mexicano, que al parecer cada vez se aplica menos en nuestro país

 Mexicanos, buenos para pedir prestado, mejores para pagar

Foto: Archivo

Debo no niego, pago no tengo, es un dicho popular mexicano, que al parecer cada vez se aplica menos en nuestro país.

Al menos así lo refieren los datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.

Resulta que enero pasado, el índice de morosidad en la banca comercial se situó en 2.1 por ciento, su nivel más bajo para enero en los últimos 10 años.

Basta recordar que en 2009, cuando se vivió una crisis económica a nivel mundial, el índice de morosidad en México llegó casi a 4 por ciento.

Específicamente, la morosidad en los créditos al consumo (es decir, aquellos créditos personales, de nómina u obtenidos con tarjeta de crédito, entre otros), se ha mantenido por encima del 4 por ciento en los últimos doce meses, sin incrementos que alarmen.

Y mientras la morosidad no aumenta significativamente, el crédito al consumo sí lo ha hecho en el último año. En enero pasado se elevó 12 por ciento anual, una cifra nada despreciable si consideramos que en ese mismo mes la confianza de los consumidores en la economía mexicana y en la situación económica de su hogar, cayó a niveles nunca antes vistos.

Fue el mes del gasolinazo y la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos, y aún así, el crédito al consumo creció 12 por ciento y la tasa de morosidad se mantuvo en los rangos que ha tenido en los últimos doce meses.

Dentro del crédito al consumo, el más utilizado es la tarjeta de crédito. En enero pasado los préstamos a través de este esquema aumentaron 8.7 por ciento anual.

Si bien es una noticia positiva en el corto plazo, el que la tasa de morosos no aumente e incluso muestre una reducción, no hay que olvidar que si no se hace un buen manejo de los créditos pueden ahogar las finanzas personales.

Esta, por ahora, es una preocupación menos para el sector de los banqueros que esta semana se reúnen en Acapulco, en el marco de la edición número 80 de la Convención Bancaria. Ahí debatirán el dilema que enfrenta el mundo entero entre el liberalismo y el populismo, en un año en que se espera un menor crecimiento económico en nuestro país; y que ya siente la efervescencia política de cara a las elecciones presidenciales del 2018.

Qué le conviene a los banqueros, ¿liberalismo o populismo?


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