Los otros candidatos

La política estadounidense suele reducirse a los partidos Demócrata y Republicano, su hegemonía refleja un bipartidismo real que, sin embargo, tiene un plano virtual pues existen otras fuerzas políticas mediando sus procesos electorales; esas otras fuerzas también estarán representadas el próximo 8 de noviembre.

Si bien es prácticamente imposible que estas otras fuerzas lleguen a la Casa Blanca el próximo 20 de enero, amplifican el espectro democrático de Estados Unidos y funcionan como reductos de expresiones más específicas y disidentes en un imaginario político acostumbrado a la dicotomía.

Estos son los otros tres candidatos registrados nacionalmente y sus postulados políticos:

Gary Johnson, el ala Libertaria

Fue gobernador de Nuevo México entre 1995 y 2003, entonces bajo la bandera Republicana, el partido hegemónico que mejor responde a su tendencia libertaria. Ya fue candidato a la presidencia de Estados Unidos en 2011, tras de renunciar al Partido Republicano al sentirse excluido en el proceso preelectoral. Se refugió en el incipiente Partido Libertario a quien vuelve a representar en este 2016, luego de haber quedado en tercer lugar en la reelección de Barack Obama, con apenas un 1 por ciento de votos a su favor.

Aunque la política económica libertaria coincide con los postulados Republicanos de implantación capitalista, libre mercado y baja regulación gubernamental, se separa por completo en materia migratoria, pues la filosofía libertaria propone la libre circulación del capital humano entre los países, con controles migratorios reducidos, un tema con el encuentran más coincidencia con el Partido Demócratas.

En líneas generales, están a favor de la libre portación de armas de fuego, pero también a la portación de drogas para consumo personal. Sobre lo militar, rechazan el servicio obligatorio y la intervención en naciones extranjeras, asuntos en los que hay ciertas diferencias ideológicas entre Republicanos y Demócratas, pero que en la práctica han convertido en la marca de una nación con profundas raíces bélicas.

Gary Johnson es reconocido por su tendencia a la reducción de impuestos, y ya como gobernador de Nuevo México redujo 14 veces los impuestos estatales, sin aumentarlos ninguna vez. Es un prominente empresario de la construcción y un participante asiduo de eventos deportivos como el Ironman.

Jill Stein, la ecologista

Fue candidata a la presidencia de los Estados Unidos en el 2012, y  también ha sido candidata a la gubernatura de Massachusetts en 2002 y 2010. Es especialista en medicina interna por la Universidad de Harvard.

El próximo 8 de noviembre volverá a las papeletas electorales bajo las siglas del Partido Verde de los Estados Unidos, una agrupación política de ideología ecologista de centroizquierda cuya plataforma política prioriza el ambientalismo, con tendencia a la descentralización y la autonomía local.

Como la mayoría de los partidos verdes del mundo, comparte 10 valores claves entre los que destaca, además de lo ya mencionado, la economía de comunidad, el feminismo, la democracia participativa, la responsabilidad social, el rechazo a la violencia, la justicia social y la sustentabilidad. Estos postulados encuentran cierto eco en las propuestas más socialmente activas del Partido Demócrata, y un buen ejemplo es el éxito que tuvo Bernie Sanders con un perfil votante joven y tendiente al espectro político de la izquierda.

Darrel Castle, la ultraderecha

Aunque para muchos Donald Trump representa el ala más recalcitrante del conservadurismo norteamericano, hay una expresión poco resonante pero muy determinada en la ultraderecha: el Partido de la Constitución.

Darrel Castle, su candidato, es un abogado de Memphis, Tennessee, antiguo miembro del Cuerpo de Marines y activo miembro de la Iglesia Cristiana. Se ha expresado a favor de una política migratoria férrea, similar a la de Donald Trump, e incluso ha pedido que se prohíba el ingreso de musulmanes al país hasta que mejore la capacidad del gobierno para evitar la entrada de terroristas.

El Partido de la Constitución tiene como principal visión el recuperar la constitución original del país para asumirse como una nación cristiana basada en los preceptos de la Biblia. Se opone a la inmigración ilegal, a las apuestas, la eutanasia o el aborto. También rechaza el matrimonio igualitario y considera a los homosexuales y transgénero como ‘sexualmente desviados’. Propone que los gobiernos estatales criminalicen estas prácticas sexuales, sí como la pornografía.

A pesar de que estas ideas están inscritas en la plataforma política del partido, Darrel Castle ha expresado que en materia de prácticas sexuales consensuadas por adultos, lo mejor es que el gobierno no se entrometa.