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Conmociones cerebrales, dolor de cabeza de la NFL

Por Staff Códice Informativo - 06/10/2016

En la pasada temporada hubo un incremento del 32 por ciento de este tipo de lesiones, un gran riesgo para los que practican el futbol americano, sin embargo un ingeniero mexicano diseñó un sistema en los cascos que registra la intensidad de los golpes

 Conmociones cerebrales, dolor de cabeza de la NFL

En el deporte más popular de Estados Unidos, hay un antes y un después. El futbol americano seguirá jugándose, pero desde hace unas temporadas se ha convertido en un riesgo para la salud, al haber un vínculo entre las conmociones cerebrales que sufren los jugadores y la encefalopatía traumática crónica (CET, por sus siglas de inglés), una enfermedad cerebral degenerativa inducida por repetidos golpes en la cabeza.

Jeff Miller, vicepresidente de la liga profesional de Estados Unidos para la salud y seguridad, confirmó que no hay dudas del vínculo entre el deporte de las tacleadas y el CET, en alusión a la investigación de Ann McKee, neuropatóloga de la Universidad de Boston, que encontró CET en los cerebros de 90 exjugadores profesionales de futbol americano.

Los resultados fueron ratificados por la NFL, y según el periódico The New York Times, éste cambio radical, tras años de negación y rechazo, puede percibirse de manera similar “a la confesión de 1997 de la industria del tabaco que el fumar causa cáncer y problemas al corazón”.

Para evitar conmociones cerebrales y otras lesiones graves en la cabeza, un estudiante mexicano diseñó un sistema que registra la intensidad de los golpes en un casco de futbol americano y mediante iluminación alerta sobre impactos excesivamente fuertes.

Su gusto por el deporte, disciplina que practicó desde niño, una conmoción cerebral que sufrió en un partido un compañero y otra que tuvo él mismo, y su tesis para recibir su título de educación superior fueron los factores que alentaron a Eduardo Chang Alejandre a concretar una investigación para mejorar el casco.

“El casco tiene dos sensores de aceleración, como los que usan en los teléfonos celulares de última generación para detectar movimiento, estos están colocados en la parte frontal y en la parte parietal del casco”, explicó Chang.

El egresado de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, Unidad Culhuacán del Instituto Politécnico Nacional (IPN) dijo que ambos sensores envían información de cada impacto que recibe el jugador, la cual llega a un microcontrolador, que es el cerebro de todo el sistema.

El trabajo del microcontrolador es recibir la información de cualquier impacto de cualquier magnitud, la cual se almacena en una tarjeta SD (Secure Digital), una tarjeta de memoria que crea una base de datos útil para que un médico vea cuántos impactos y de qué magnitud ha tenido un jugador durante su carrera deportiva.

“Si el impacto es mayor a 50 fuerzas G (la aceleración de una G es equivalente a la gravedad estándar, de 9.8 metros por segundo al cuadrado) se encenderá una tira de luces led (del frente del casco a la nuca), y será una alarma para entrenadores y árbitros para que sepan que el jugador tiene una posible conmoción cerebral y le apliquen el protocolo de salud”, explicó.

En su momento, el neurocirujano Mitch Berger, quien lidera el subcomité de la NFL sobre lesiones en la cabeza, cuello y espina dorsal, rechazó de manera tajante la existencia de un nexo entre el futbol americano y la enfermedad cerebral.

Eso a pesar del estudio de McKee en el que se encontraron trazos de la enfermedad, que sólo puede ser diagnosticada de manera póstuma, en el cerebro de 90 de los 94 jugadores analizados.

Hasta ahora, la NFL sólo había aceptado que los golpes en la cabeza, en particular las conmociones, posee un riesgo a la salud de los jugadores a largo plazo.

Pero con la admisión del vínculo con CET la liga profesional no sólo se enfrenta a una batalla legal bajo un escenario completamente nuevo, sino que, al igual que ocurrió con la industria del tabaco, se vea forzada a modificar la manera en la que opera.

Tras haber alcanzado un acuerdo el año pasado, el caso fue apelado por la parte acusadora ya que los jugadores consideran que se debe pagar compensación a todos aquellos que hayan tenido CTE y no sólo a los que fueron diagnosticados antes de que se aprobara la resolución.

Como contraparte, al haber admitido la existencia del CTE, la organización advierte claramente de los peligros y riesgos para la salud, pasando la responsabilidad a los propios jugadores.

“Un compañero y amigo sufrió un fractura de cráneo hace unos años y ya no pudo jugar y eso me generó la necesidad de crear el casco porque es necesario contar con información sobre los golpes que recibe cada jugador y que los médicos intervengan de inmediato”, apuntó Chang, y añadió que el sistema se puede adaptar a cualquier casco.

La NFL viene implementando campañas de concientización para enseñar las técnicas de juego más seguras, pero al hacerlo es posible que el mismo deporte esté evolucionando de una manera diferente a como es actualmente.

Hace una semana, el comisionado de la NFL, Roger Goodell, anunció la iniciativa “Play Smart. Play Safe” (Juega Inteligente. Juega Seguro) para combatir el grave problema de las lesiones en la cabeza que sufren los jugadores de los 32 equipos debido a los impactos, mediante una inversión de 100 millones de dólares.

Sesenta millones estarán dedicados al desarrollo de tecnología, como mejoras en los cascos, y 40 millones para investigaciones médicas.

A Chang Alejandre le llegó la idea en 2011, sin embargo, al ahora ingeniero en Comunicaciones y Electrónica, quien está próximo a entrar a la maestría, etapa en que optimizará su diseño que ya le valió una invitación mediante intercambio académico que lo llevará la universidad Virginia Tech en Estados Unidos.

Refirió que la marca Ridell, que se usa en la NFL, tiene un sistema parecido pero cuesta 10,000 dólares, unos 199,000 pesos, mientras que su diseño lo ejecuta con 250 dólares, alrededor de 5,000 pesos.

El último informe ofrecido por la NFL sobre la salud de los jugadores durante la pasada temporada dejó un incremento de 32 por ciento en las conmociones cerebrales, que hará que se estudie más a fondo las causas.

El informe refleja que durante los entrenamientos, la competición de pretemporada y temporada regular del 2015 hubo registradas 271 conmociones cerebrales.

Muy superior a las 206 de 2014 y las 229 de 2013, que la NFL utilizó para destacar la eficacia del protocolo de conmociones que implementó tras la temporada de 2012 cuando se dieron 261.

Pero el nuevo informe cuestiona esa eficacia después de ver como las conmociones en los partidos de temporada regular se elevaron en el 58 por ciento de 2014 al 2015, al llegar a las 182, la más alta en las últimas cuatro campañas.

La distribución de las 271 conmociones fue de 234 que se dieron en partidos y 37 en los entrenamientos, de acuerdo al informe ofrecido por Quintiles Injury Surveillance and Analytics, la compañía encargada de realizar el estudio.

En el mismo también se establecen como las causas más comunes de las conmociones cerebrales durante los partidos de temporada regular el contacto con otro casco (92).

Le siguen el contacto con la superficie de terreno de juego (29) y otras 23 se dieron por el contacto con un hombro.

 

Síntomas de conmoción cerebral

*Mareos

*Náuseas

*Falta de concentración

*Problemas de memoria

*Dolores de cabeza

*Posible pérdida del conocimiento

 

 

 


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