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Los disparos de Carmen Aristegui

Por David Eduardo Martínez - 04/09/2016

Durante su visita al Hay Festival, la comunicadora criticó la visita de Trump, la presunta incompetencia del Gobierno Federal y la situación de inseguridad durante el gobierno de Peña Nieto

 Los disparos de Carmen Aristegui

Tiene varias demandas en su contra y probablemente es una de las personas menos gratas para el Gobierno Federal, pero a Carmen Aristegui, eso no se le nota.

Ni un ápice de nerviosismo cruza por su cara mientras dialoga con Felipe Restrepo, de la revista colombiana Gatopardo, en el marco del Hay Festival.

El diálogo va sobre muchas cosas, la administración de Peña Nieto, las investigaciones de Aristegui, su salida de MVS noticias y la creación de su propio portal para promover el periodismo crítico.

Restrepo le hace una pregunta y ella responde con esa voz tan grave, tan sólida, de soldado. Tan segura de sí misma. De vez en cuando lanza un chascarrillo, un chascarrillo irónico, o un sarcasmo. No contra Felipe, claro, ni contra su audiencia, todos aquí somos cómplices de Aristegui.

Las ironías de la reportera solo van contra el poder, siempre contra el poder, de abajo hacia arriba. Son ironías subversivas en todo el sentido de la palabra.

El primer tema que aborda con Restrepo, es la visita de Donald Trump a nuestro país.

_ La mayor estupidez política que hemos visto en el sexenio… _dice sin la menor duda. Luego sigue disparando, como francotiradora verbal _ …invitar a un personaje que ha insultado y ha agredido a México. Yo me pregunto ¿Quién asesora a Peña Nieto? ¿Quién dirige a Peña Nieto? ¿Quién habita la cabeza de Peña Nieto? (es público ríe).

Para Aristegui, no hay respuesta a esas preguntas, en especial a la última ¿Quién habita la cabeza de Peña Nieto?Apenas es la primer bala. Pero la francotiradora sigue.

_ Estamos entrando ya en el terreno del ridículo y cuando cruza ese terreno un gobernante, ya es muy difícil el retorno.

De la invitación a Donald Trump, pasamos al escándalo sobre la tesis. Felipe Retsrepo pregunta por los fundamentos de ese reportaje, donde al presidente se le retrató como un plagiario.

Carmen esquematiza y responde. No habla, como se decía antes, sin tener los pelos de la burra en la mano.

_ Peña afirma con fuerza que nadie puede decir que él plagió su tesis, lo cual es muy difícil de asegurar porque, aunque con mucho tiento, la universidad Panamericana lo hizo.

Luego sigue disparando. No se detiene. No se amedrenta. Cruza la linea enemiga y hunde sus dedos en los hoyos de las balas. Se deleita.

_ La investigación que hicimos sobre la tesis fue solo muestral, lo cual quiere decir que quizá el plagio es mucho mayor de lo que decimos en el reportaje. Nosotros solo tomamos un fragmento y lo analizamos, pero nos faltó analizar muchísimas páginas.

Agotado el tema de la tesis, la periodista recarga el arma. Toma un descanso. Mira hacia el suelo un momento y escucha con atención la siguiente pregunta que le lanza Restrepo. El colombiano quiere saber sobre la seguridad, qué ha ocurrido con la seguridad durante el sexenio de Peña Nieto.

Al respecto, Aristegui es muy clara. Citando evidencias, otra vez, asegura sin la menor inmutación que la seguridad en el sexenio actual es mucho peor que cuando gobernaba Calderón.

_ El semanario Zeta, de Tijuana, está por publicar el número total de muertes por asesinato durante el sexenio de Peña Nieto. Y no puedo revelarles cuántas son, para no quemar la info, pero sí les puedo decir que en estos cuatro años, ya van más asesinados que en todo el sexenio de Felipe Calderón.

La situación para los comunicadores no es mejor, dice Carmen Aristegui, con un amplio conocimiento de causa pero sin hacer referencia a sí misma. Ella es invisible, los que importan son los otros.

_ Tenemos lugares en el país donde hay altos índices de periodistas asesinados. Ya hasta en la ciudad de México tuvimos el caso de Rubén, en la Narvarte. Pero un periodista asesinado es un agravio a toda la sociedad, a la que se le quita la posibilidad de tener acceso a la información a la que tiene derecho.

Casi para terminar, Aristegui lanza sus últimos disparos contra el esquema económico con el que funcionan la mayor parte de los medios nacionales, critica sobre todo la dependencia del dinero público, que coarta la libertad de expresión y que transforma a los reporteros en meros transcriptores de los boletines oficiales.

Finalmente hace una referencia a sus propios problemas, aunque no para quejarse sino para agradecer. Lanza un agradecimiento público a sus abogados, quienes han hecho propios los casos en los que la comunicadora aparece como demandada. “Sin ellos” dice “no sé qué habría hecho”.

Ya para despedirse lanza una última invitación a los reporteros a no dejarse tentar por la falsa objetividad, a no dejar de ser honestos, sujetos honestos.

_ No se le puede pedir objetividad a un sujeto, pero sí responsabilidad ética, periodística. Honestidad ante las audiencias antes que falsa objetividad.

Luego sale del escenario. Quizá preocupada, aunque no se le nota. No deja que se le note. No deja de sonreir, de disparar. Deja olor a pólvora mientras se despide.

 


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