×

Busquedas Populares


×

Opinión



Secciones




México, rehén de políticas medioambientales utópicas y de corto plazo

Por Staff Códice Informativo - 07/06/2016

«Un medio ambiente sano es un derecho constitucional de los mexicanos» – Juan José Guerra Abud, exsecretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales

 México, rehén de políticas medioambientales utópicas y de corto plazo

México vive un panorama ambiental adverso y el futuro se ve todavía más complejo. Pese a los compromisos que ha establecido el gobierno mexicano en su Plan de Desarrollo y ante organismos internacionales, las políticas públicas y la participación del sector privado y social no han sido suficientes para lograr una mejoría en la materia. Incluso los programas medioambientales presentan metas utópicas, advirtió Jorge Ramírez, investigador del Centro de Investigación para el Desarrollo A.C. (CIDAC).

De acuerdo con el diagnóstico presentado por el gobierno mexicano en 2013 en el Plan Nacional de Desarrollo, un deterioro importante del capital natural de México se advierte desde hace ya varias décadas.

«México fue uno de los países con mayor tasa de deforestación y a inicios de este siglo cerca del 50 por ciento del territorio mostraba signos de degradación en sus suelos; las principales ciudades y zonas urbanas tenían problemas con la calidad del aire y del agua y ahora está dentro de los 15 países con mayores emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) causantes del cambio climático», señala el diagnóstico presentado en dicho Plan.

El documento del gobierno federal añade que el costo total del agotamiento y la degradación ambiental representó 6.5 por ciento del PIB en 2011. Y advierte del riesgo de que las emisiones de gases de efecto invernadero aumenten 28 por ciento entre 2010 y 2020, si no se toman cartas en el asunto.

Esta problemática ambiental que advertía el gobierno federal en 2013 no fue frenada pese a que el presupuesto de la Semarnat creció 91 por ciento entre el año 2000 y el 2013, según datos oficiales presentados por la propia dependencia. En el Programa Sectorial de Medio Ambiente y Recursos Naturales (PROMARNAT) publicado en 2013 se establecieron cinco objetivos a fin de resarcir los pendientes ambientales que enfrenta México y generar un crecimiento económico sustentable en el país.

Y entonces ¿qué pasó?

Una de las metas consideradas con la implementación de estos objetivos era conseguir un crecimiento sostenido y sustentable de bajo carbono en sectores como transporte, captación, tratamiento y suministro de agua, energía eléctrica, gobierno, industria manufacturera, manejo de desechos, construcción, turismo y servicios profesionales. En conjunto, esas actividades aportaban 1 por ciento del PIB a la economía, y el plan es que en 2018 aporten 2.14 por ciento.

Sin embargo, a decir de Jorge Ramírez, investigador del Centro de Investigación para el Desarrollo A.C, esa meta no es realista. «Esto requeriría que estos sectores crecieran hasta en un 14 por ciento anual, no es realista debido a que la economía de México crece entre un 2 y 3 por ciento; y en especifico estos sectores crecen a un ritmo inclusive menor, como el transporte que crece 1.6 por ciento anual» advirtió en entrevista con Codicegrafía.

La incapacidad de lograr un desarrollo económico sustentable en México también se ve reflejada en el sector privado. Tal es el caso de las industrias de la energía renovable, que enfrentan una serie de barreras a decir del investigador del CIDAC. «Eso nos ha llevado a que tengamos solamente once plantas que producen electricidad a través de residuos sólidos, cuando en Alemania ya hay una cifra cercana a las 9 mil» explicó.

A ello hay que agregar que, de acuerdo con el especialista, se ha insistido en subsidiar el uso de energías fósiles en lugar de renovables, las cuales no contribuyen a la reducción de los niveles de contaminación. «No solamente tenemos una perspectiva de no cumplir con las metas de 2018, sino que México tiene otra meta en el mediano plazo de cumplir en el 2024, de llegar a un 35 por ciento de generación de la electricidad, a través de fuentes limpias. Actualmente tenemos menos del 20 por ciento» subrayó Ramírez.

Y por si fuera poco, hay otra meta más por cumplir. Los compromisos para el 2030 ante la Organización de las Naciones Unidas de generar un acceso universal a la electricidad a la población a través de fuentes no contaminantes.

Contaminación y vehículos

Uno de los aspectos en los que más atención se ha puesto en los últimos meses en México es el relacionado con las malas condiciones ambientales del Valle de México, las cuales han implicado un endurecimiento de las políticas del programa hoy no circula. Ese, sin duda, es uno de los rubros que más trasciende en la población urbana en esta materia, más allá de la reducción forestal o los daños en las cuencas, que por cierto tampoco son asuntos menores.

A decir del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), el hoy no circula generalizado es una medida emergente y limitada, que podría ser contraproducente si se mantiene de forma permanente. Esta repercutió incluso en las operaciones del sector empresarial, como lo señalaron dirigentes empresariales en los primeros días de su puesta en marcha.

«Las medidas de largo plazo deben estar orientadas a: (1) ampliar la cobertura del transporte público de calidad, (2) una gestión más eficaz del uso del automóvil y (3) contar con vehículos más limpios» manifestó el IMCO en un informe titulado Análisis de una contingencia anunciada: Recomendaciones para mejorar la calidad del aire en el largo plazo.

Según datos presentados por este organismo, la contaminación ambiental no sólo tiene una repercusión en la calidad del aire y en la movilidad de millones de vehículos, también está implicada en más de mil 800 muertes prematuras y costos de competitividad superiores a los mil 600 millones de pesos.

Finalmente, ante el escenario que actualmente vive nuestro país en materia ambiental, organismos como el CIDAC y el IMCO coinciden en que parte de los cambios que se deben de implementar para mejorar el rumbo, están la definición de políticas públicas de largo plazo que tengan una viabilidad más allá de los discursos políticos y los planes de desarrollo que terminan sobre un escritorio.

Las metas están definidas. Los resultados, ya veremos.


Otras notas



De nuestra red editorial