Papa Francisco conquista Paraguay alabando a sus mujeres

El Papa Francisco exaltó este sábado a la mujer paraguaya, a la que llamó “la más gloriosa de América”, y con ello conquistó la emoción de miles de personas congregadas en el santuario mariano de Caacupé, en Paraguay, a 54 kilómetros de Asunción.

“Dios bendiga a la mujer paraguaya, la más gloriosa de América”, dijo el pontífice en el santuario de Caacupé, donde ofició una misa ante una multitud.

“Quisiera referirme de modo especial a ustedes mujeres y madres paraguayas, que con gran valor y abnegación han sabido levantar un país derrotado, hundido, sumergido por la guerra”, añadió el Papa en referencia a la guerra de la Triple Alianza (1864-1870) que dejó al país sudamericano diezmado de la presencia masculina.

El líder católico aseguró que ellas tienen la memoria y la genética de aquellas que reconstruyeron la vida, la fe, la dignidad de su pueblo y vivieron situaciones muy difíciles, que desde una lógica común sería contraria a toda fe.

Destacó que, al igual que María, impulsadas y sostenidas por su ejemplo, siguieron creyentes “esperando contra toda esperanza”.

“Cuando todo parecía derrumbarse, junto a María se decían: No temamos, el señor está con nosotras, está con nuestro pueblo, con nuestras familias, hagamos lo que Él nos diga. Y allí encontraron ayer y encuentran hoy la fuerza para no dejar que esta tierra se desmadre”, sostuvo.

“Dios bendiga ese tesón, Dios bendiga y aliente su fe, Dios bendiga a la mujer paraguaya, la más gloriosa de América”, enfatizó.

Francisco sintió la emoción y el calor no solo del pueblo de Paraguay, sino también de otros países, en especial de Argentina, a su llegada a la explanada del Santuario de Caacupé, que estaba repleto de fieles no obstante la humedad y el calor.

De hecho, varias personas fueron llevadas a los puntos médicos ubicados en la plaza para recibir atención médica por desmayos, deshidratación, dolores estomacales e incluso convulsiones.

El pontífice llegó en el papamóvil hasta el corazón de la plancha asfáltica y en medio de una conmoción generalizada. “¡Esta es la juventud del Papa!”, cantaban unos y otros, sus paisanos, entonaban: “¡Argentina, Argentina!”.

Tras su ingreso se dirigió a colocarse las vestiduras litúrgicas y cuando estaba todo listo para su ingreso, éste se retrasó por varios minutos.

Entonces el obispo de Caacupé, Claudio Giménez, se acercó al micrófono y dijo: “El Papa se emocionó, pero está bien y ya viene con nosotros”.

Luego de cinco minutos Francisco reapareció para iniciar la misa, alejando los temores porque le hubiera sucedido algo. Continuó de manera normal la celebración y dio el sermón.

“Estar aquí con ustedes es sentirme en casa, a los pies de nuestra madre la Virgen de los Milagros de Caacupé. En un santuario los hijos nos encontramos con nuestra Madre y entre nosotros recordamos que somos hermanos”, afirmó.

“Venimos a presentar nuestras necesidades, venimos a agradecer, a pedir perdón y a volver a empezar. Cuántas lágrimas y despedidas. Venimos siempre con nuestra vida, porque acá se está en casa y lo mejor es saber que hay alguien que nos espera”, agregó.

Luego le pidió a la multitud que repita con él la frase: “En tu Edén de Caacupé, es tu pueblo Virgen pura que te da su amor y fe”. Todos lo repitieron tres veces.

Después destacó que los católicos se sienten comprendidos y entendidos por la Virgen cuando ven los sufrimientos que ella pasó con la muerte de su hijo, Jesús.

“Podemos sentarnos a rezar y usar un lenguaje común frente a un sinfín de situaciones que vivimos a diario. Nos podemos identificar en muchas situaciones de su vida. Contarle de nuestras realidades porque ella las comprende”, apuntó.

Al finalizar la misa, el Papa decretó que el santuario de Caacupé se convierta en Basílica Pontificia.

Respecto a la salud de Francisco, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi precisó: “como pudimos ver en la misa, el Papa está muy bien. Todo ok”.