Gran voltereta de Chivas en el Azul

En uno de los partidos más esperados del torneo, Cruz Azul y Guadalajara se metieron en la cancha del Estadio Azul para escenificar un cotejo más de la histórica rivalidad.
La Máquina, líder general de la competencia hasta antes del inicio de la Jornada 7, y Chivas, que tiene como prioridad evitar la quema del descenso, tuvo una gran remontada al superar 2-1 como visitante a los de la Noria.
El Guadalajara tenía la obligación de los tres puntos y los consiguió después de ocho años de no hacerlo en el Azul, triunfo que sirvió para despegarse en la Tabla del Porcentaje, después de la victoria de Puebla en Morelia, ante Monarcas, que dejó todo al rojo vivo en el fondo de cocientes.
Pese a la presión de ambos por ganar el partido, fue Cruz Azul quien se hizo desde el comienzo del control del balón y del manejo del terreno de juego, abriendo la cancha con hombres como Formica, Flores, Alemao y el joven Rosario Cota, teniendo un par de aproximaciones antes de los 20 minutos del cotejo.
Primero, Rosario realizó una gran jugada por el sector izquierdo, que Christian Chaco Giménez no pudo empalmar para poner en aprietos al cancerbero del Rebaño, Luis Michel. En el segundo intento claro de los locales, nuevamente el sector izquierdo fue la llave para crear peligro; Mauro Formica dejó a tras a su marca y en línea de fondo entrando al área, envió una diagonal, que el brasileño sensación del torneo, y no, no es Ronaldinho, sino aquel que fue menospreciado por venir de la Segunda División del balompié amazónico, Alemao, conectó de taquito y se fue apenas a centímetros del arco de Michel, ante la mirada agónica de la defensa del cuadro visitante.
La insistencia de los cementeros dio fruto al minuto 32, en una extraordinaria jugada de conjunto, en el sector derecho del área de Chivas, Formica recibió de espaldas, pero vio el movimiento de Gerardo Flores quien iba entrando al área y envió el servicio al zaguero de la Máquina, quien en un toque recibió y acomodó para fusilar en un tiro raso y a la derecha de Luis Michel, quien no pudo evitar la caída de su marco y el 1-0 para el conjunto local, que hasta el momento había sido más en todos los aspectos y por fin reflejaba la superioridad en el electrónico.
Pese al claro dominio azul en la primera parte, el Guadalajara tuvo la posibilidad de irse al descanso con un empate. En un tiro de esquina ya en los segundos finales, un gran remate de cabeza de Raúl López, exigió al máximo la intervención de Jesús Corona, que en un acto de reflejos pudo desviar el testarazo para mantener el marcador por la mínima a favor del conjunto capitalino.
Para el arranque del complemento parecía que las cosas iban a seguir igual, complicadas para el Rebaño y de día de campo para los celestes. Una descolgada por sector derecho de Cruz Azul, que terminó en disparo al travesaño de Gerardo Flores, y otro disparo al poste por parte de Xavier Báez, hacía indicar que pese a no aumentar la diferencia, el equipo local no iba a travesar inconvenientes para amarrar los tres puntos. Sin embargo, los movimientos de José Manuel de la Torre, con el ingreso de Carlos Fierro y Aldo de Nigris le dieron una nueva cara no sólo al ataque de su equipo, sino al parado del equipo que comenzó a tener mayor y mejor dominio del esférico.
En un abrir y cerrar de ojos, la fiesta azul se convirtió en el festín rojiblanco, y es que al minuto 80, Aldo de Nigris empató el marcador al aprovechar un servicio de Carlos Fierro, tras un error en la marca de Gerardo Flores. Tan sólo 3 minutos después, en un tiro libre y con la complicidad del cancerbero cementero, Jesús Corona, el Guadalajara le dio vuelta al marcador con un tiro libre de Marco Fabián, que sorprendió al portero y a la afición, ya que representó el 2-1 final, triunfo para la visita y el adiós al invicto de la Máquina en el presente torneo.
Para la jornada 8 del próximo fin de semana, Cruz Azul visita a Toluca, el domingo en uno de los encuentros más atractivos de la fecha, mientras que, el mismo día, el Guadalajara le hará los honores al Monterrey de Antonio Mohamed.