Lee “El Manantial Masacrado” nominado al Premio Gabriel García Márquez
De 10 trabajos en la categoría “Texto”, es uno de los dos que son de periodistas mexicanos
Este año -2014- es especial para el mundo Gabriel García Márquez. Su mundo sigue intacto a pesar de que el afamado escritor colombiano dejó el nuestro apenas en abril, y por eso la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) se prepara para entregar el primer Premio Gabriel García Márquez de periodismo desde que el autor de “100 años de Soledad” falleciera.
“Con el objetivo de ofrecer el más importante galardón para incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética por parte de periodistas y medios que trabajen y publiquen en las lenguas española y portuguesa en los países de las Américas (incluyendo Estados Unidos y Canadá) y la península ibérica”, afirma la FNPI sobre el premio, que este año tiene en la categoría “Texto” 10 trabajos distintos, de los cuáles dos vienen de México.
El primero de ellos es obra de Diego Osorno, publicado en febrero de este año en la revista Vice, y lleva por nombre “El Manantial Masacrado”, que retoma la historia del municipio Allende, en Coahuila, que en marzo de 2011 sufrió un ataque por parte de Los Zetas, en el que fueron saqueadas y destruídas medio centenar de edificaciones y secuestradas al menos 300 personas, todo al amparo del silencio de las autoridades.
“Amarillo es también el color habitual de traxcavos como los que usaron Los Zetas para derrumbar mansiones del casco principal. El viernes 18 de marzo de 2011, alrededor de 50 camionetas pickup tripuladas por soldados del narco irrumpieron en Allende. De acuerdo con testimonios brindados a la Subprocuraduría, los hombres armados tenían enlistados los domicilios de las casas, negocios y ranchos que iban a saquear y destruir e incluso —mediante un documento— avisaron de eso al alcalde de ese entonces, Sergio Lozano Rodríguez, del PAN. Una de las residencias devastadas está justo frente a la presidencia municipal y frente a la casa particular del político está otra de las construcciones atacadas. Su administración no hizo nada mientras ocurrió la masacre”, cuenta Diego Osorno sobre los fatídicos hechos que forman parte central de su relato.
Osorno cuenta en su texto diversas historias que tienen que ver con el mundo del narcotráfico en Coahuila, donde además la indulgencia de las autoridades ha sido pasmosa, hasta el punto que tres años después de la masacre de Allende, no se ha hecho justicia, esto a pesar de que este año Rubén Moreira, gobernador del estado, llamó al periodista para reunirse con él y prometerle que las autoridades actuarían en consecuencia.
“En 2011, durante la masacre del pueblo, el batallón de la 14 Región Militar llegó demasiado tarde. Cuando finalmente lo hicieron, los ranchos de la familia Garza ya habían sido abandonados por Los Zetas. En ese entonces, los militares ocuparon el gimnasio del pueblo como cuartel provisional. Después de un año lo abandonaron. Ahora ese antiguo gimnasio-cuartel militar está siendo adaptado como una nave industrial en la que se maquilarán los trajes anaranjados que usan los tipos que recorren la Ribereña y los overoles antiinflamables que necesitarán los obreros que explotarán próximamente el gas Shale en la región”.