Ruido, ataques y desunión rumbo a la elección interna del PAN

Aunque los miembros del Partido Acción Nacional (PAN) se han empeñado en decir que las divergencias al interior de su partido son nuestra de democracia, lo cierto es que los encontronazos entre grupos provocan una imagen muy negativa del blanquiazul hacia la sociedad.

En los últimos dos meses, durante las campañas de cara a la elección de nuevo dirigente nacional del partido, el ruido, los ataques y la desunión al interior del PAN se han hecho aún más evidentes; y es el que golpeteó político entre Gustavo Madero Muñoz y Ernesto Cordero Arroyo, así entre como sus equipos y simpatizantes, son tanto o más arteros que los conferidos contra su acérrimo rival, el PRI.

Y aunque intentan mantener el discurso, al final de cuentas en la práctica se caen las palabras, como cuando Gustavo Madero llamó a la unidad del partido, para después celebrar junto a sus simpatizantes comiendo tacos de cordero. O cada vez que Ernesto Cordero ha aprovechado para referirse a su contrincante como comparsa del PRI y de Enrique Peña Nieto por su apoyo a las reformas estructurales, mismas que como senador votó a favor.

Acusaciones sobre corrupción han sobrado, y no hacen más que destruir la imagen del PAN ante la sociedad. Por una parte, los ataques recibidos por Gustavo Madero por el tema de los supuestos “moches” le han dado los argumentos a Cordero y su equipo para acusar al exdirigente partidista de ser tapadera de legisladores panistas corruptos. Al mismo tiempo, Madero y su equipo han criticado la actuación de Ernesto Cordero como Secretario de Estado en el gobierno del Felipe Calderón, un gobierno de extracción panista.

Y así, los ataques de un lado se responden con más ataque. Si Madero compra votos, Cordero regala microondas. Si Madero coacciona, Cordero ataca periodistas.

La batalla de encuestas, tan común a partir de las elecciones de 2012, también de instaló en la casa azul, y es que apenas arrancada la campaña, Ernesto Cordero ya había sacado cifras por delante de encuestas que lo ponían arriba en las preferencias, y aunque Madero afirmó que él no le entraría al juego de las cifras, la semana pasada presumió cifras de la encuestadora Mendoza y Asociados en donde él estaba por delante de su adversario.

En redes sociales, no ha habido tregua. Los constantes ataques a Ernesto Cordero por pifias como cuando se equivocó diciendo que quería ser presidente del PRI, o un video armado en el que se le acusa directamente de una agresión a un periodista queretano que fue responsabilidad de su coordinador de campaña local, se unen a los constantes recordatorios que hacen de los famosos “moches” y de la figura de Gustavo Madero, o que se burlan de la debacle panista en las elecciones de 2012, cuando cayeron de ser gobierno al tercer lugar en búsqueda de la presidencia de la República.

Ernesto Cordero no ha tenido empacho para denunciar ante la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales al gobernador poblano Rafael Moreno Valle, quien acudió a un mitin de Gustavo Madero en un helicóptero del gobierno del estado de Puebla, e incluso, ya piden hasta su expulsión del partido. Al mismo tiempo, el equipo de Gustavo Madero ha respondido con denuncias penales en contra de simpatizantes poblanos de Ernesto Cordero, como Ana Teresa Aranda o Francisco Fraile, quienes han levantado fuerte el dedo en contra del candidato sonorense.

Y por si todo esto fuera poco, en el famoso debate público me mantuvieron ambos candidatos no hubo más que sorna y ataques, en donde prácticamente no se habló de ninguna propuesta. Hasta de la falla de la señal por internet acusó Ernesto Cordero a Gustavo Madero , en un ejercicio que quedó para el olvido.

Así, con esas premisas, este domingo 18 de junio los militantes panistas elegirán por primera vez con voto directo y universal a quien desean lleve las riendas del partido a nivel nacional durante el próximo año. El PAN dio un paso democrático histórico al abrir sus elecciones a todos los militantes, y espera que la jornada electoral de convierta en un ejemplo a seguir para el futuro. Por lo pronto, las campañas, dejaron mucho que desear.