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Los “gallos” de Calzada

Por Staff Códice Informativo - 25/12/2013

La política es como el futbol. Hay técnicos, jugadores, delantera, media, ofensiva, balón, cancha, aficionados y espectadores.

 Los “gallos” de Calzada

Cada sexenio es como una final de fútbol para el gobernador en turno; con diferencias, pero también similitudes; sin futbolistas, pero sí un equipo; sin una cancha, pero sí estrategias de juego; sin margen de error, pero con la posibilidad de cambiar a aquellos elementos que dejaron de rendir y aportar para obtener la victoria. 

La victoria en un partido de fútbol da tres puntos, mientras que en la política da la posibilidad a que el partido político gobernante repita para el siguiente sexenio y esto, es algo que sabe perfectamente el mandatario estatal, José Calzada Rovirosa.

Actualmente, se está jugando la segunda mitad de la administración estatal y estamos entrando a la recta final del encuentro, lo que ha propiciado que el director técnico (gobernador) tenga que realizar algunos ajustes en su equipo, para darle otras variantes al esquema de juego que planteo en un inicio.

El conjunto rival (PAN) está aprovechando algunas distracciones del cuadro local (PRI), por lo cual se ha optado por hacer algunos cambios emergentes para reforzar áreas que estaban siendo descuidadas y que son fundamentales para el objetivo del equipo.

Este 2013, el gobernador ya realizo sus tres cambios posibles y a continuación los presentamos:

En Querétaro hay más un millón 800 mil aficionados que esperan la victoria de su equipo, pero no les gusta que lo hagan a través de un esquema a la defensiva, ni con marrullería, sino que lo hagan con entrega, inteligencia y favor de la gente que paga todos los días un boleto con la esperanza de celebrar el triunfo.

Habrá que esperar si la afición decide cesar al actual entrenador y su cuerpo técnico o prefieren darle continuidad, quizá más de uno está decepcionado del equipo por el que apostó y prefiera cambiar de colores, pero será algo que se conozca en el 2015, cuando se escuche el silbatazo final.


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