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Uno más uno casi nunca es igual a dos

Por - 09/10/2014

Por Inés Alveano Aguerrebere  ¿Imaginas un congreso en el que se discutiera de una manera integral, las soluciones a los problemas que aquejan a las […]

 Uno más uno casi nunca es igual a dos

Por Inés Alveano Aguerrebere

 ¿Imaginas un congreso en el que se discutiera de una manera integral, las soluciones a los problemas que aquejan a las ciudades Mexicanas? No parece ser humanamente posible.

Normalmente, en los congresos, se abordan temas focalizados tales como la vivienda, las enfermedades crónico-degenerativas, la salud mental, el desarrollo económico, la contaminación ambiental, la pobreza, la desigualdad, la inequidad…

Considero que una de las desventajas de las ciudades mexicanas (y de los tomadores de decisiones responsables de atenderlas) ha sido la pretensión de resolver los problemas por separado.  Uno por uno.   ¿Falta vivienda? ¡Hay que construir millones, a como dé lugar!  ¿Contaminación a niveles críticos? ¡Hay que promover la verificación vehicular y el hoy no circula! ¿Nos estamos enfermando por sedentarios y obesos? ¡Hay que invitar a la gente a que se cheque, se mida y se mueva! ¿Nuestra economía no crece? ¡Hay que promover la inversión privada y los créditos! ¿Demasiada pobreza? ¡Hay que lanzar una campaña contra el hambre! …Y así sucesivamente…

Pero resulta, que todo está relacionado.  Acciones “positivas” en un sentido, pueden afectar otro ámbito.  ¿Y que hay de común en todos los problemas públicos? El transporte.

Lo anterior, con un ejemplo: Vivienda alejada de la ciudad, puede promover más uso del automóvil, que puede generar mayores niveles de congestionamiento (y por ende, más contaminación, mayores tiempos de traslado), más gastos domésticos en combustible, menos oportunidad para consumir localmente, menor creación de empleos, menos tiempo para estar activos físicamente, menos tiempo para convivir con los seres queridos, más estrés…

Lo anterior puede resultar una explicación demasiado simplista.  Sin embargo, los vínculos entre el transporte y la vivienda, el transporte y la salud, el transporte y la contaminación, el transporte y el desarrollo económico, el transporte y la inequidad, han sido demostrados a nivel mundial, nacional y local.

El congreso internacional de transporte sustentable, me ha dado la posibilidad de entender la Ciudad no sólo como un TODO, sino como la oportunidad en sí misma para resolver los problemas que nos desbordan.

Entre muchas otras cosas, he aprendido que:

Por construir casas como pan caliente, 5 millones de familias en todo el país se han visto en la necesidad de abandonar la vivienda que adquirieron con crédito Infonavit. Desde el sexenio de FOX, hay 5 millones de viviendas ABANDONADAS. (En Morelia son 50 mil).

Por dar prioridad a la movilidad en automóvil propio, ni siquiera el 20% que se mueve en ellos, obtienen satisfacción en sus tiempos de traslado. El índice de satisfacción del D.F. es de los peores del mundo.

El tiempo perdido en los traslados ha impactado negativamente en la productividad de los comercios y las personas. Los bajos niveles de crecimiento económico son sólo una muestra de ello.

El sedentarismo agravado por perder demasiado tiempo sentados (en el auto, en el transporte público) ha disparado los niveles de obesidad, y con ello, ha incrementado las cifras de hipertensión y diabetes.

La contaminación provocada por los congestionamientos, ha contribuido a las enfermedades crónico degenerativas como la hipertensión, el infarto, las infecciones respiratorias, el cáncer de pulmón.

Los espacios destinados al transporte motorizado (además de ser una distribución inequitativa e ineficiente del espacio público) han segregado y lesionado a muchas personas que usan por obligación o por elección, otro medio de transporte.

El transporte público eficiente, de calidad, debe estar en manos de gente confiable, que sepa rendir cuentas tanto a usuarios, como a socios y choferes.

Se debe invertir en movilidad incluyente, con más dinero destinado a los reyes de la pirámide de la movilidad, y menos destinado a infraestructura que no reduce la congestión, sino que la induce.

Saludos,

Inés Alveano Aguerrebere

P.D. Además de que los ponentes son reconocidos a nivel mundial, hay fuentes de artículos científicos, que respaldan toda la información citada.

* Inés Alveano Aguerrebere es miembro del colectivo Mujeres en Bici Querétaro


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