Ritmos distintos

Mientras en el Partido Acción Nacional de Querétaro amanecieron este miércoles con candidato amarrado para la gubernatura de la entidad – y Pancho Domínguez va en solitario – en la tienda de enfrente, el PRI, se le apuesta más a que la “unidad” tan cantada en todos los tonos, haga que todo mundo se pliegue a la voz de la cúpula nacional de ese partido, particularmente para el mismo cargo, la gubernatura.

Y si la decisión de Gustavo Madero Muñoz aclaró para Querétaro y para el Partido Acción Nacional esta candidatura, también definió el camino del joven Ricardo Anaya Cortés, que le hace mutis a la contienda local – por ahora – decide hacer carrera de partido y treparse en un boleto nacional en el que ya va caminando Madero, para esperar, pacientemente, los movimientos grandes para las elecciones de 2018.

Juventud la tiene y el reloj de la política camina a su favor.

Ricardo no compite en las del 15, ni local en su base que es Querétaro, ni en las lides nacionales.

Por eso la premura de Pancho Domínguez en apoyar – nunca se le había visto tanta prestancia y con Ricardo menos – al joven queretano para la Presidencia Nacional del PAN.

En este partido y en estos días, se esperan que quiénes tienen responsabilidades de partido, soliciten licencia – ya lo están haciendo – no solo en el municipio de Querétaro, sino en el resto de los diecisiete municipios, pues de las dirigencias de los comités municipales, secretarías todas, es exigencia de Reglamento para la Selección de Candidatos.

Y salieron ya los nombres. En Corregidora, Omar Herrera Maya; en Ezequiel Montes, Jorge Montes Montes; en Pedro Escobedo, Jesús Orta Morales; en Peñamiller, Severiano González Juárez; en Pinal, Heriberto Cruz Zárate; en el municipio de Querétaro, Beatriz Marmolejo Rojas; y del CDE, su secretario general, Luis Antonio Rangel, que buscará una diputación federal, al igual que Marmolejo. El resto de estos nombres, van por la alcaldía o por la diputación local de su distrito.

Quiénes no tienen responsabilidad partidista, pueden esperar tranquilamente – los diputados, por ejemplo, los alcaldes panistas, la militancia – hasta la primera semana de febrero para esperar la designación a contienda.

En tanto en el Partido Revolucionario Institucional, esperan que la palabra “unidad” haga el milagro para plegar todas las voluntades, así sean las más reacias – como la de Jesús Rodríguez – que seguramente tenderá la alfombra roja para el elegido. Y es que Rodríguez es más que nada un ente político y por demás institucional.

Lo que hace ahora es tratar de mostrar arrojo, enseñar músculo, para entrar al reparto de posiciones. Esto le permite no quedarse afuera. Y creo que no se quedará, si no es él, no algunos de sus seguidores.

Al PRI no le aprisiona, hasta ahora, reglamento alguno. Espera los tiempos constitucionales para el proceso del 2015. No le ahorca a las dirigencias de partido ninguna especificación interna y para quienes ocupan un cargo de elección popular, también los tiempos de licencia y de registro están definidos.

Este alargue para el PRI, lo único que está poniendo a prueba es la disciplina interna, porque quedan todavía en pie al menos cuatro “suspirantes” para la gubernatura, que se siguen viendo con el rabillo del ojo para ver lo que hacen, lo que dejan de hacer y cómo se están moviendo en el escenario local, así como en las instancias nacionales, que es donde – se supone – se tomará en este partido la decisión.

Por lo pronto, el árbitro de la contienda, el Instituto Electoral del Estado de Querétaro, se dijo listo la tarde de este miércoles, luego de que sus nombres apenas han abierto la prueba de fuego, porque el partido apenas está por comenzar.

Falta que diga el respetable y particularmente para ellos, el acoso, amague y presión, tanto de los líderes de todos los partidos políticos en el estado, como de los representantes de estos partidos en el IEEQ.

Ahí es donde el tronar de huesos será estruendoso.

Por lo cerrado de la contienda.