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Subsidio a la tenencia en Querétaro, un dudoso honor

Por - 25/07/2014

Los gobiernos cuentan con dos grandes herramientas para transformar y dirigir los caminos de su sociedad, incidir en el estado de cosas: la fiscal y […]

 Subsidio a la tenencia en Querétaro, un dudoso honor

Los gobiernos cuentan con dos grandes herramientas para transformar y dirigir los caminos de su sociedad, incidir en el estado de cosas: la fiscal y el gasto público. A través del cobro de impuestos se busca inhibir determinados fenómenos y a través del presupuesto público, fomentar las actividades que se consideran deseables para los objetivos colectivos.

Lo ideal sería, que en esa función rectora del estado, las políticas públicas tuvieran ambos componentes para potenciar su efectividad.. Es decir, que se empleen como las dos tenazas de una pinza.

Empero, la realidad es tan compleja, con una intrincada red de causas y efectos, que la correlación entre la política pública emprendida y el efecto deseado no es directa y sí puede acarrear un sinnúmero de efectos secundarios.

Como muestra, varios botones, a propósito del quinto informe de gobierno del titular del Poder Ejecutivo del Estado de Querétaro, José Calzada Rovirosa. 

Durante los años 2008 y 2009, Estados Unidos de América -el principal socio comercial de México- vivió una profunda crisis económica que arrastró a México en su conjunto. Se contrajo el consumo, en E.E.U.U., lo que ocasionó la baja de exportaciones mexicanas a ese país, y ante una menor perspectiva de ventas, la industria automotriz redujo su planta laboral; se disparó el desempleo particularmente en zonas con alta presencia de la industria automotriz como Querétaro. 

Como política pública para incentivar la industria automotriz y apuntalar la economía de las familias, la administración de José Calzada comenzó a subsidiar el impuesto a la tenencia vehicular. La tenencia no ha desaparecido, está subsidiada; así lo muestran los talones de los contribuyentes, aunque en el discurso mediático se habla de su eliminación.

Ante las evidencias innegables del cambio climático global, en México y en otros países se han emprendidos políticas para desalentar el uso de  vehículos de combustión interna, fomentar el uso del transporte público y el uso de energías renovables o menos nocivas con el medio ambiente.

Por ejemplo, en Londres, Reino Unido, se aplica un peaje a los vehículos que circulen por determinadas zonas. Su objetivo es disminuir las emisiones de gases derivadas del congestionamiento de vehículos automotores.

En el Distrito Federal, el programa Hoy No Circula es otro ejemplo que impone cobros y restricciones a la circulación de vehículos para evitar las emisiones contaminantes.

En California, en tanto, hay programas de descuentos fiscales para incentivar la adquisición de vehículos híbridos, cuyas emisiones a la atmósfera son notablemente menores que las de los vehículos tradicionales de combustión interna.

En Querétaro, las políticas fiscales y de gasto han tenido un efecto de promoción del uso de automóviles privados e inhibición de los medios no motorizados y del transporte público. 

Por un lado se ha subsidiado la tenencia de vehículos automotores privados, que en términos socioeconómicos beneficia a quienes perciben mayores ingresos; la información de la propia administración estatal revela que solamente el 30 por ciento de la población se transporta en automóvil.

Por otro lado, se han destinado cuantiosos presupuestos públicos, estatales y municipales, para la ejecución de obras como nuevas vialidades, ampliación de las existentes y distribuidores viales.     Tan solo en el Boulevard Bernardo Quintana -entre la carretera 57 y 5 de Febrero- se han invertido 350 millones de pesos en la obra “Distribuidor Vial Bicentenario”, en el año 2010; 193 millones de pesos en el “Distribuidor Vial Capital”, en 2011; 150 millones de pesos en el “Gran Paso Acueducto”, durante 2012. De las obras mencionadas, ninguna contempló ciclopistas o carriles confinados para el transporte público.

A los 693 millones de pesos que suman las tres obras mencionadas en Bernardo Quintana en el lapso 2010-2012, se sumarán mil millones de pesos en obras recientemente  anunciadas para la intersección de Bernardo Quintana con Av. Universidad, con motivo de la instalación del la estación del tren rápido en la zona de Calesa.

En contraste, las inversiones para ciclopistas y transporte público han sido modestas. Entre los 200 millones de pesos de la regeneración urbana de Av. Universidad se incluyó una ciclopista, pero está aislada, no se conecta con otras, ni en el Centro Histórico, ni en 5 de Febrero o Bernardo Quintana. La obra no estuvo exenta de polémica y el actual alcalde, Roberto Loyola, incluso declaró en agosto de 2013 que se buscarían recursos para reubicarla.

El el Paseo de la República, en su primera etapa ya concluida, con inversión de 250 millones de pesos, y la siguiente etapa actualmente en ejecución por 400 millones de pesos, el mayor espacio se sigue concediendo a los carriles para vehículos privados; las ciclopistas comparten espacios de 4.5 metros de ancho con las banquetas para peatones; además, su trazo no continúa hacia 5 de Febrero, lo que las convierte en esfuerzos aislados y no en una auténtica red de ciclopistas como plantea el Plan Querétaro 2010-2015.

En materia de transporte público, la administración estatal destinó 105 millones de pesos para la adquisición y puesta en marcha del sistema de prepago del sistema denominado “Red Q” -cuya paternidad se debate entre el Ejecutivo y los concesionarios-, monto que no significa ni el 10% de lo que se habrá destinado solo a obras viales en el Boulevard Bernardo Quintana durante este sexenio. 

Funcionarios de la propia administración estatal han reportado que de 2009 al 2014 que el parque vehicular del estado ha crecido de 400 mil a 650 mil, y el cual se concentra en su mayoría en la zona metropolitana de Querétaro. (ver: http://amqueretaro.com/2014/04/en-5-anos-se-ha-duplicado-el-numero-de-autos-en-queretaro/.html)

En suma, las políticas públicas que se han aplicado en materia de movilidad y medio ambiente tienen efectos de promoción del uso de automóviles privados -con sus respectivos efectos de congestionamientos viales y emisiones a la atmósfera- y de inhibición de medios alternos de transportes, a contracorriente de la tendencia en otros puntos del mundo que buscan mitigar las emisiones de gases a la atmósfera, como el Hoy No Circula, en el Distrito Federal, o el “Peaje por Congestión” en Londres. 

En la recta final del sexenio, el tiempo se agota para hacer las grandes inversiones para dar un golpe de timón que le de una nueva cara a la movilidad en Querétaro, más allá de la emisión de tarjetas de prepago, rutas y otros ajustes que no han terminado por cuajar.

Tras sopesar lo anterior, y escuchar de nuevo los promocionales donde se destaca el liderazgo por haber subsidiado la tenencia, vale la pena preguntarse si ese es el tipo de liderazgo que necesitamos para garantizar la sustentabilidad y competitividad de la ciudad. 


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