A Jalpan en ambulancia
Crónica
3:20 salida de las instalaciones de la delegación de la Cruz Roja en la ciudad de Querétaro, rumbo a Jalpan de Serra.
A bordo de una ambulancia, viajan dos paramédicos, tres voluntarios y dos representantes de los medios de comunicación, entre ellos Códice Informativo, para ser testigos del traslado de víveres donados por la sociedad queretana, para los afectados por las inclemencias del tiempo, en la sierra queretana.
Aquí no hay helicóptero, ni periodistas vip. Todos coludos o todos rabones.
En la parte trasera, la ambulancia tiene asiento para cuatro personas, tres de ellas en una camilla. Además de los lugares del conductor y copiloto.
En ella, también son trasladadas al menos 15 cajas de despensas que serán entregadas a comunidades de la sierra queretana.
4:00 La ambulancia de la Cruz Roja cruza Colón y se dirige rumbo a Bernal. Algunos de los pasajeros aprovechan para presentarse. El entusiasmo es mayor en los voluntarios, mientras que el resto trata de conciliar un poco de sueño, tras la desmañanada.
4:50 el camino sinuoso rumbo a la sierra es compartido con animales que están reposando a media carretera. Hay burros, caballos y ganado que atestigua el paso de la ambulancia.
Su presencia complica el tránsito. El conductor mantiene una velocidad promedio de 40 kilómetros por hora.
5:22 La tan famosa carretera a la sierra marca el kilómetro 108. A los lados, la luz de la sirena permite ver algunos barrancos y para atrás sólo se ven pocas luces de los poblados lejanos.
Al mirar hacia arriba, el espectáculo que brindan las estrellas es inigualable, en medio de la nada.
6:02 En la carretera se ve el anuncio de la llegada al municipio de Pinal de Amoles. Todavía está oscuro, así que se pierde la panorámica que brinda la puerta del cielo. Los pasajeros charlan de sus vivencias en la sierra. Sólo uno de ellos, el que escribe, no la conoce.
Son ya 127 kilómetros de curvas que no permiten ninguna distracción por parte del conductor.
6:24 Llega la ambulancia y sus pasajeros a la cabecera municipal de Pinal de Amoles.
6:35 Las curvas dejan una víctima.
El paso de cientos de curvas causa efectos en uno de los pasajeros, que enfrenta un intenso mareo. El vehículo detiene su marcha y ocurre el desenlace natural, que motiva un esfuerzo abdominal y de garganta del que escribe estas líneas.
En medio de la sierra, sin dramamine y con varios kilómetros pendientes. Mal momento y apenas es el inicio de la jornada.
7:40 Llegan a Jalpan. El sol se empieza a asomar entre las montañas.
Un huapango los recibe de fondo en una gasolinera, donde el equipo hace una escala técnica.
8:40 Después de cinco horas, por fin el desayuno llega al estómago.
Unos tacos de canasta, al pie de la carretera, calman el hambre y el cansancio del recorrido, además del mareo.
9:30 La ambulancia y sus pasajeros retoman el trayecto.
El calor aumenta y las ansias por llegar también.
Siete kilómetros después de la salida de la cabecera municipal, se internan por un camino de terracería. Hay muchos baches y polvo. Al lado derecho se alcanza a ver el paso del río.
El ajetreo al interior de la ambulancia es constante. Hay quien dice que es como ir en un autobús de Red Q. Los baches y en zangoloteo son similares, afirma.
10:20 Llegada a la comunidad de Yerbabuena.
Enclavada en la montaña, regala una excelente panorámica de la sierra. Las casas están en las laderas. El punto final es un auditorio, donde ya son apiladas las despensas donadas por la sociedad queretana. El staff del DIF y de Soluciones instala las sillas, le da una pintadita a una que otra, lo mismo que a la línea de honor, donde una hora más tarde, estará presente Sandra Albarrán de Calzada, la presidenta del DIF estatal, quien llega en helicóptero.
“¿Es el de la gobernadora?” pregunta al reportero una anciana, mirando hacia el aire, en espera de su llegada para pedirle que les apoye con la escuela de la comunidad.
En tierra, hay mucho ajetreo de funcionarios que alistan todo para el arribo de la “gobernadora”.
Como en boda, bajan de sus vehículos los presidentes municipales, delegados e invitados especiales, que son guiados a sus lugares, en medio de la polvareda.
El último en arribar es el delegado del IMSS, Ernesto Luque, quien apura el paso para llegar al presídium, donde ya está ubicada la señora Sandra.
11:40 Entrega de despensas.
El acto oficial transcurre como la mayoría. Muchos agradecimientos y anuncios de compromisos establecidos; aunque se dan a conocer muy pocos detalles de la situación que prevalece hasta el momento en la zona.
No se menciona si hay todavía caminos cerrados o daños a viviendas, mucho menos víctimas. Y es que, al menos, en esa comunidad no se ven.
Sin embargo, las palabras espontáneas de aliento que emite la presidenta del DIF son recibidas con aplausos por los habitantes, a los que la normativa oficial cataloga como población vulnerable.
Ella aprovecha para reconocer las muestras de solidaridad que ha dado la comunidad queretana. Y eso, sin duda, sí es de destacar.
Lo mismo reconoce el apoyo brindado por voluntarios y brigadistas, que sudaron la gota gorda para hacer llegar las cajas con los productos donados, que por fin reciben los lugareños. Ellos fueron el eslabón final de una larga cadena de respaldo a los necesitados.
Todos ellos, los brigadistas y voluntarios, reciben el reconocimiento y aplauso con sonrisas. Se sonrojan. Levantan el pecho. Hay motivos para hacerlo.
Al término del evento decenas de habitantes intentan llegar a la esposa del gobernador para hacerle peticiones o tomarse fotografías, pero son hechos a un lado por fotógrafos, funcionarios y representantes de la prensa.
Los lugareños sólo ven el vaivén de cámaras, ipads y teléfonos, desde sus asientos. El chacaleo, como se dice en la prensa, está a tope, para conseguir un comentario de los invitados o de la presidenta del DIF.
¿Y la voz de los damnificados? Preguntan algunos. Ahí será para la otra. Al menos en esta ocasión no se escuchó, ni se contempló en el programa oficial.
13:30 El regreso en la ambulancia se complica todavía más. Lo chipotudo y bacheado del camino de terracería provocó que se desprendiera una de las ventanas traseras de la ambulancia, así que debe ser retirada antes de que se le estrelle a uno de los pasajeros.
Los siete kilómetros de terracería dejan empanizados a los ocupantes de la ambulancia. El polvo se pega en la ropa y cabello, se queda en la cara y entra en los ojos.
El cansancio es notorio en todos. Saben que el regreso es todavía largo. Lleno de curvas.
15:00 Después de una comida e hidratada en Jalpan, continúa el regreso hacia la capital. Ahora las curvas serán de subida.
Los pasajeros dormitan por momentos. Son despertados por los movimientos del vehículo o por el aire que entra por la falta de ventana. Aun así, el sueño es intenso, y más con una pastilla, para evitar nuevos mareos.
Algunos aprovechan cualquier rincón para tratar de dormir mejor. El cuerpo cobra la factura al trayecto. Las piernas se acalambran, el cuello está tenso y la espalda resiente la falta de un respaldo acojinado.
20:15 Brigadistas, voluntarios y los dos representantes de la prensa arriban a las instalaciones de la Cruz Roja en la ciudad de Querétaro, después de una jornada de 17 horas de trabajo intenso, que comenzó y terminó con la luna de testigo.
Los brigadistas y voluntarios se muestran satisfechos por la labor, que aunque no sale en los boletines de prensa, ni en los medios, les llena de satisfacciones. Al final del día, sus manos sirvieron para brindar auxilio a los más vulnerables.