Voluntad ciudadana. DE POLíTICA Y COSAS PEORES / Catón
El hijo de don Hamponio, el narco de la esquina, le pidió a su padre que le comprara un rompecabezas. Don Hamponio le compró un […]
El hijo de don Hamponio, el narco de la esquina, le pidió a su padre que le comprara un rompecabezas. Don Hamponio le compró un martillo… Al final de esta columnejilla viene el chiste más breve y más pelado de la temporada veraniega. Lo sometí a la consideración de doña Tebaida Tridua, censora de la pública moral, y la ilustre dama sufrió una fanfurriña que la llevó a retirarme el saludo, no sin antes espetarme una conción severa. Ahora cuando nos topamos en la calle la señora tuerce el gesto y acelera el paso.