Todavía hay soluciones. Diego Valadés
En la hora crepuscular de las instituciones políticas mexicanas debemos tener claras las disyuntivas. Una es la letárgica, que consiste en resignarnos a mantener un […]
En la hora crepuscular de las instituciones políticas mexicanas debemos tener claras las disyuntivas. Una es la letárgica, que consiste en resignarnos a mantener un sistema ineficaz y corrompido; otra es un viraje, tan ambicioso como cuidadoso, que nos permita construir un orden libre, responsable, ético y funcional.