México SA. Tres años: pena sin gloria. Carlos Fernández-Vega
Con mucha pena y nada de gloria el inquilino de Los Pinos concluye la primera mitad de su estancia en la residencia oficial, y hoy […]
Con mucha pena y nada de gloria el inquilino de Los Pinos concluye la primera mitad de su estancia en la residencia oficial, y hoy comienza su segundo tramo sin mayor perspectiva de mejoría para el país y sus habitantes. Oficialmente le restan tres años, pero en realidad sólo dos deben considerarse por razones de calendario electoral, aunque en los hechos nada le queda, porque de tiempo atrás arrancó el proceso sucesorio, de tal suerte que el susodicho tendrá que nadar de “muertito” hasta 2018, mientras se cumplen tiempos y ritos.