Dinero. Lo bueno, lo malo y lo feo de la reforma. Enrique Galván Ochoa
El proyecto que envió Peña Nieto al Congreso no es definitivo. Va a ser objeto de cambios y ajustes. Los dirigentes de la cúpula empresarial […]
El proyecto que envió Peña Nieto al Congreso no es definitivo. Va a ser objeto de cambios y ajustes. Los dirigentes de la cúpula empresarial que asistieron antenoche a su presentación en Los Pinos fueron sentados en las primeras filas frente a la mesa que ocuparon el Presidente, su gabinete y los infaltables del Pacto por México. Algunos salieron desencajados. Y si las modificaciones que desean no pasan en el Legislativo seguramente habrá amparos contra los conceptos que más les incomodan: el impuesto a las bebidas tipo Coca-Cola y a las utilidades de las transacciones bursátiles. También es previsible que habrá resistencia –esa sí justificada– a gravar los alquileres de casas y departamentos (hoy día sólo pagan las oficinas y los locales comerciales).