Lenia Batres Guadarrama averguenza a la SCJN

Iniciando el primer periodo de sesiones de la SCJN, la ministra nombrada por López Obrador y no por el Senado de la República, aprovechó para lanzar su discurso de discordia y división, mostrando su ignorancia en materia de Derecho Constitución, de ahí que su alocución fue más de carácter político y de izquierda.

Sus críticas sin sustento jurídico. Su posicionamiento fue político, sustentado en el criterio de otro ignorante en la materia: el Presidente de la República.

Cual miembro de la oposición en la SCJN, Lenia Batres Guadarrama criticó a sus “homólogos” (ella, solo de toga y asiento) de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a quienes acusó de extralimitarse, de incurrir en excesos, de invadir funciones del Legislativo, de ponerse por encima de la Constitución y, según su perverso criterio político, de estar enfocada en casos con fuertes implicaciones políticas que afectan al orden público y al interés general.

Entre otras cosas vociferó lo siguiente: “Esta Corte se ha extralimitado, el carácter inimpugnable de sus decisiones la ha llevado a confundir jerarquía de la Constitución con jerarquía de la instancia. Podría decirse que la Suprema Corte sí es el órgano supremo en el país porque puede anular (no las anula, las declara inconstitucionales) leyes por mayoría calificada, pero se equivocan, porque si actuara como verdadero tribunal Constitucional, no prevalecería la Suprema Corte, sino la Constitución”.

La señora que cobrará como ministra, carece de preparación judicial, jamás se paró en un juzgado, su actividad profesional la llevó a cabo en las filas de la izquierda, de revoltosa; solo ocupó cargos administrativos y de carácter legislativo ¿Y carrera judicial? Nada, simplemente asaltó la Corte con el apoyo directo de AMLO.

Los ministros y ministras tienen la responsabilidad de custodiar y hacer respetar la Constitución, hacer prevalecer la misma a través de sus resoluciones cuando es violada por parte de cualquier autoridad; consecuentemente, deben conocer perfectamente el contenido de sus 136 artículos; el alcance de todas estas normas y su interpretación.

Los 11 ministros y ministras deben conocer el andamiaje constitucional.

Por supuesto se apoyan del experto personal que labora bajo sus órdenes para la emisión de sus ponencias, así como el estudio de todas aquellas que presentan sus pares. Por eso no les preocupa, otros hacen el trabajo por las y los ignorantes, como el caso de Batres. Los ministros no confunden la “jerarquía de la instancia”, ella es la que no tiene idea de lo que dijo. La Constitución tiene la máxima jerarquía de las normas y está sobre todas, locales o federales, por ello deben estar en armonía con la Carta Magna, de lo contrario, adolecen de inconstitucionalidad.

La neófita y artillera de AMLO, aseguró que la SCJN ha incurrido en excesos que indican, según ella, que no se tiene una Corte subordinada a la Constitución, sino una Carta Magna subordinada a la Suprema Corte. Posición meramente política que no merece mayor comentario.

La señora que jamás pisó un juzgado (tal vez para llevar alguna promoción), también “argumentó” (si se puede decir que fue un argumento y no una falacia leguleya): “Es cierto que los juicios deben tener una instancia de cierre, pero eso no quiere decir que los acuerdos generales que dicta la Suprema Corte o su jurisprudencia puedan estar por arriba de la Constitución o de las leyes mexicanas, por eso hablamos de excesos”. Otra posición meramente política alejada del razonamiento jurídico sustentado. Suena “apantallador” (como espantapájaros), solo eso, sin fondo jurídico. Primer exceso de ignorancia de la vergüenza de ministra.

Tenía que vomitar más barbaridades en su posicionamiento político. Aseveró: “Podrán decir que la Suprema Corte sí es el órgano supremo en el país porque puede anular leyes por mayoría calificada. Pero se equivocan.